martes, 3 de marzo de 2009

Para no pagarles nada

Ayer me fui a dar de alta en hacienda para poder dar recibos de honorarios y recibir mi primer sueldo como egresado.
Cada vez me aprienta más la corbata. Me veo al espejo con el uniforme puesto y es patético. Jamás me hubiera imaginado hace seis años, cuando yo iba a esa misma academia como alumno, que ahora iba a vestirme diario y a hacer lo mismo que el pobre tipo que con un ánimo falso me daba clases de inglés. Es provisional; odiaría convertirme en un personaje Benedettiano que hasta que no le cambia un poco la monotonía diaria no le escriben su novela. En este trabajo se va con máscaras, nadie está siendo realmente quien es; lo que me pone a pensar hasta qué punto es realmente sincero un idioma que no es el tuyo; ¿estás fingiendo todo si no hablas tu lengua materna? ¿es una márcara o una herramienta? Yo hago diferentes chistes, soy más sarcástico, menos paciente, menos libre, menos impulsivo; ni siquiera tengo por qué tener un acento, podría hablar como gringo, como inglés o como texano, si ni siquiera en el español respeto mi propio acento. Salgo pensando casi siempre en eso; con asco cuando escucho a las maestras seguir hablando inglés aún estando ya varios pasos fuera de la escuelita con ventanales. Favor de traer su mascada o corbata y sus máscaras todos los días, it's mandatory. Luego casi me revienta el hígado cuando de vez en cuando no alcanzo la flecha verde del semáforo y le escupo un fuck! al volante; dan ganas de seguir manejando por horas después de quemar la corbata y tirarla por la ventana al puro estilo gringo de la señora rebelde que por fin decide darse la libertad y escapa con sus lentes oscuros y en su enorme convertible rosa por una carretera desolada de Arizona, cantando Born to be wild o algo por el estilo, sólo que yo pondría Just like starting over de Lennon y tendría menos viento en el pelo porque la ventana del conductor de mi carro no baja (lo que me ha quitado la maña de fumar en el carro por no tener que ir haciéndola de hombre estirable para tirar la ceniza por la ventana del copiloto).
Total, eso no podré hacerlo hasta dentro de un rato, primero por que resultó que ya estaba dado de alta en hacienda desde que tenía 6 años, algo con respecto a los negocios familiares, e inactivo desde que tenía unos 8. Tuve qué hacer más de un trámite inecesario por no saber eso y el problema a fin de cuentas (para mí) es que como ya no vivo donde vivía los 6 años tengo que cambiar mi dirección y para eso hay que pedir una cita y hay que esperar a ver qué día te la dan, y hay que esperarse a que llegue el día y mientras tanto pues para qué imprimo recibos de honorarios si van a estar con la dirección antigua, pues para no tener que esperar otra infinidad para poder cobrar ese dinerito y echarlo de una buena vez al cochino para el avión a Brasil, o el camión a Chiapas, o ya comprar los boletos del concierto de Bunbury y el de Xariñana, todo antes de que me encarcelen por no hacer bien la papelería de la declaración de impuestos y no pagarles nada de nada.

1 comentario:

  1. Primo, te comprendo, me pasó lo mismo hace algunos meses, a diferencia d que por vivir en una ciudad pequeña, obtuve mis documentos el mismo día.
    Saludos y Besos

    ResponderEliminar

lo que dicen tus brazos tercos...