domingo, 19 de julio de 2009

Inventario de algunas cosas que tengo en la cabeza.

Voy a desempolvar estos brazos, que ya ni tan tercos son porque se mueven muy de vez en cuando, creo que muy en el fondo esto se debe a la desolación incurable que me causa que los jueves de fichas estén necesitando primeros auxilios. Pero bueno, prometo con la mano sobre los Poemas de Otros devolverle a estos brazos su terquedad lo antes posible.

Hay por ahí flotando en este como nivel alternativo del mundo que se llama internet (y que nunca voy a comprender hasta que alguien me explique dónde exactamente flota todo mientras nadie accede a ello. Es lo mismo que la pregunta esa trillada del triste árbol que se cae y nadie ni nada está ahí para escucharlo, no hay un órgano o aparato receptor de esas ondas, por lo cuál no tienen manera de convertirse en ruido. ¿Entonces lo que publico en este blog anda por ahí hecho partículas u ondas hasta que alguien por descuido entra a leerlo?) Decía... hay por ahí un blog que leo seguido y al que ya he hecho referencia alguna vez: Esta boca es mía. Entre la enorme diversidad de cosas magníficas que puedes encontrar en lo que publica ahí la multifacética dueña, a veces hay recopilaciones de canciones que rara vez reconozco. De ahí me surgió la idea (y a lo que voy ya por fin) de hacer mi propio baúl, pero no de canciones solamente. Aquí voy a antalogarles varias artes que me han influenciado o desinfluenciado de otras, o a fin de cuentas sólo han sido cosas que recuerdo porque a algo o alguien me recuerdan, o tuve contacto con ellas en algún momento en el que iba con alguna emoción exaltada. Ya después haré alguna que otra recopilación como se debe (los mejores cuentos, o poemas, o canciones, o etc, etc). Por ahora, como digo, esta es la desempolvada medio digna de los brazos tercos. Disfruten, no intenten comprender, sólo disfruten.


Inventario de algunas cosas que tengo en la cabeza:


1.- Benedetti, para empezar. No te salves, leído en El lado oscuro del corazón.


2.- Joaquín Sabina - Y sin embargo

3.- Waking life, película de Richard Linklater.

4.- Cien años de soledad.

5.- Dos pinturas de René Magritte: Los amantes y Nostalgia.





















































6.- El poema que le da nombre a este blog. No es nada de tu cuerpo, de Jaime Sabines.

7.- Rogelio, muy buen cortometraje de Guillermo Arriaga.

8.- Atrapa Cuervos, pintura de Leonora Carrington.




















9.- Alejandro Filio - Mujer que camina


10.- Fernando Delgadillo - Entre pairos y derivas

11.- Tintán y Rosina Pagã cantando Por que será en la película Calabacitas tiernas.

12.- La autopista del sur, cuento de Julio Cortázar.

13.- Amarte duele, película de Fernando Zariñana.

14.- En dosis diarias, obra del monero chileno Alberto Montt.




















15.- Para matar dos pájaros de un tiro: Enrique Bunbury - Aunque no sea conmigo

16.- No sé, me importa un pito, poema de Oliverio Girondo.


17.- Stand by me, interpretada desde varias partes de este mundito en la campaña Playing for a Change.


18.- Train Jumping, reportaje multimedia sobre la mortal travesía de los migrantes centroamericanos.


19.- Saturno devorando a su hijo, una de las pinturas negras de Goya.





































20.- La rana que quería se runa rana auténtica, un sabroso cuentito de Augusto Monterroso:

Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.

21.- Zeitgeist.