domingo, 25 de abril de 2010

A una amorosa de brazos tercos

Hoy el mundo ha perdido una mujer
de constelaciones en la espalda y pies precisos
una mujer que con las yemas te abría la piel
y se aferraba a tus entrañas
y se te enredana en los huesos
y te usaba de refugio contra el tiempo

hoy el mundo y yo hemos perdido una mujer
de vértigo en los dientes, de nariz diminuta
de ideas como granizo en el desierto
una amorosa de brazos tercos

hoy yo he perdido una mujer
a la que pude tocarle los pies
y unirle los lunares con palabras

era una mujer verde, azul
con mil colores en la lengua
era, porque ya no es
era, porque se vistió de blanco.

miércoles, 7 de abril de 2010

Todos tus cabellos secos

Anoche volví a extrañarte, pero hice una mueca y seguí como si nada, como si no te sintiera siendo un hueco sin fondo en la suela de mi bota, como si no me estuviera pudriendo por no quemar toda mi poesía y aquellos cuentos que sólo escribí para que desayunaras. Anoche volví a arrancarme del olvido las costras verdes del ácido cardiaco que me hace buscarte en otras mujeres.

Pero eso fue anoche. Hoy todos tus cabellos secos que aún se arrastran como polvo por los rincones suicidas de mi casa, se van descuartizando para dejarse barrer cansados por haber estado muertos tanto tiempo en un lugar tan calcinado como éste, del que saben son ajenos y en donde nunca podré escribirles ningún epitafio decente.