De entre las sábanas renacía tu cabello,
por más que las lavaba o las cambiaba
me seguía encontrando tus hebras
intentando ahorcarme el sueño.
Hoy me di cuenta del problema,
no eran las sábanas,
tus cabellos muertos me salían de las orejas
de los labios, de entre los dedos.
No me pidas que lo explique
yo sólo sé tejer pelucas
con tu recuerdo
Dos mil veinticuatro
Hace 1 semana
Algún dia, criatura encantadora, para ti seré sólo un recuerdo... (Marina Tsvatáieva)
ResponderEliminarMi peluquero surrealista, no podras negar que es un deleite ser uno de esos, hacedores de recuerdos...