Voy a desempolvar estos brazos, que ya ni tan tercos son porque se mueven muy de vez en cuando, creo que muy en el fondo esto se debe a la desolación incurable que me causa que los jueves de fichas estén necesitando primeros auxilios. Pero bueno, prometo con la mano sobre los Poemas de Otros devolverle a estos brazos su terquedad lo antes posible.
Hay por ahí flotando en este como nivel alternativo del mundo que se llama internet (y que nunca voy a comprender hasta que alguien me explique dónde exactamente flota todo mientras nadie accede a ello. Es lo mismo que la pregunta esa trillada del triste árbol que se cae y nadie ni nada está ahí para escucharlo, no hay un órgano o aparato receptor de esas ondas, por lo cuál no tienen manera de convertirse en ruido. ¿Entonces lo que publico en este blog anda por ahí hecho partículas u ondas hasta que alguien por descuido entra a leerlo?) Decía... hay por ahí un blog que leo seguido y al que ya he hecho referencia alguna vez: Esta boca es mía. Entre la enorme diversidad de cosas magníficas que puedes encontrar en lo que publica ahí la multifacética dueña, a veces hay recopilaciones de canciones que rara vez reconozco. De ahí me surgió la idea (y a lo que voy ya por fin) de hacer mi propio baúl, pero no de canciones solamente. Aquí voy a antalogarles varias artes que me han influenciado o desinfluenciado de otras, o a fin de cuentas sólo han sido cosas que recuerdo porque a algo o alguien me recuerdan, o tuve contacto con ellas en algún momento en el que iba con alguna emoción exaltada. Ya después haré alguna que otra recopilación como se debe (los mejores cuentos, o poemas, o canciones, o etc, etc). Por ahora, como digo, esta es la desempolvada medio digna de los brazos tercos. Disfruten, no intenten comprender, sólo disfruten.
Inventario de algunas cosas que tengo en la cabeza:
1.- Benedetti, para empezar. No te salves, leído en El lado oscuro del corazón.
2.- Joaquín Sabina - Y sin embargo
3.- Waking life, película de Richard Linklater.
4.- Cien años de soledad.
5.- Dos pinturas de René Magritte: Los amantes y Nostalgia.6.- El poema que le da nombre a este blog. No es nada de tu cuerpo, de Jaime Sabines.
7.- Rogelio, muy buen cortometraje de Guillermo Arriaga.
8.- Atrapa Cuervos, pintura de Leonora Carrington.
9.- Alejandro Filio - Mujer que camina
10.- Fernando Delgadillo - Entre pairos y derivas
11.- Tintán y Rosina Pagã cantando Por que será en la película Calabacitas tiernas.
12.- La autopista del sur, cuento de Julio Cortázar.
13.- Amarte duele, película de Fernando Zariñana.
14.- En dosis diarias, obra del monero chileno Alberto Montt.
15.- Para matar dos pájaros de un tiro: Enrique Bunbury - Aunque no sea conmigo
16.- No sé, me importa un pito, poema de Oliverio Girondo.
17.- Stand by me, interpretada desde varias partes de este mundito en la campaña Playing for a Change.
18.- Train Jumping, reportaje multimedia sobre la mortal travesía de los migrantes centroamericanos.
19.- Saturno devorando a su hijo, una de las pinturas negras de Goya.
20.- La rana que quería se runa rana auténtica, un sabroso cuentito de Augusto Monterroso:
Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.
21.- Zeitgeist.