tag:blogger.com,1999:blog-90147179443737174282024-03-13T04:28:33.779-07:00Mis brazos tercos...que atrapan verdades y mentiras, visiones, desesperaciones y todo lo incurable que a fin de cuentas no encontró mejor lugar donde irse deshaciendo.Unknownnoreply@blogger.comBlogger24125tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-52977669541140573182012-04-27T14:48:00.002-07:002012-04-30T15:39:22.475-07:00AMLO en Torreón (10 de abril de 2012)VIDEO:<br />
http://www.youtube.com/watch?v=NncAwdOJ2WU<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
DISCURSO:</div>
<div class="MsoNormal">
Transcripción del discurso de Andrés Manuel López Obrador en
su visita a Torreón, Coahuila el 10 de abril de 2012, después de firmar el “Plan
de Ayala para el siglo XXI”:</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Amigos de esta región de La Laguna de los estados de Coahuila,
de Durango, me da mucho gusto estar de nuevo con ustedes en este acto muy
importante celebrado en una fecha histórica, luctuosa, porque un día como hoy
fue asesinado un dirigente leal a los campesinos, el general Emiliano Zapata Salazar.
Por eso se decidió celebrar aquí en La Laguna este acuerdo, este pacto con las
organizaciones campesinas, no sólo de esta región de La Laguna, sino de todo el
país: organizaciones indígenas, organizaciones de productores, organizaciones
de empresas rurales, organizaciones que se dedican a la comercialización de
productos del campo, organizaciones de jornaleros y también organizaciones de
migrantes. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Esta asamblea tiene ese propósito
de suscribir, de firmar un compromiso con todos los campesinos de México. No
quiero extenderme mucho, sólo decir a ustedes que estoy consciente que si no
rescatamos el campo, no vamos a poder rescatar al país; para rescatar a México
tenemos que rescatar el campo. Por muchas razones tenemos que regresar al
campo: primero porque muchos mexicanos viven todavía en el medio rural y muchos
que viven en las ciudades tienen sus orígenes en el campo. Tenemos también que
pensar en que este modelo de política económica que se ha venido imponiendo
abandonó por completo el campo, y eso causó esta grave crisis que ahora estamos
padeciendo; todos aquí recuerdan cómo por lo sucedido en 1988, como venganza
con saña, aquí Salinas de Gortari comenzó la política de destrucción del campo,
el abandono del campo. Se afectó a los campesinos de La Laguna, pero no paró
ahí el daño; se ha terminado afectando a todos los productores nacionales, se
afectó a comuneros, a ejidatarios, pero también a pequeños propietarios, porque
con el tratado de libre comercio se puso a competir al productor nacional con
el productor del extranjero en condiciones de desigualdad, porque los
productores del extranjero casi en todos los países del mundo reciben apoyo de
sus gobiernos y aquí se dejó abandonados a su suerte a los productores. Por
eso, en estos 29 años se causó la ruina del campo y también se está causando la
ruina del país. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Tenemos, por eso, que rescatar al
campo, ya no vamos a continuar con la misma política de abandono a las
actividades productivas, se va a apoyar a los productores, sean comuneros, ejidatarios,
pequeños propietarios; porque aquí también quiero subrayar, quiero dejar de
manifiesto que debemos buscar la unidad de todos los mexicanos. Unirnos todos
para rescatar a México. Vamos a impulsar las actividades productivas del campo
para dejar de comprar lo que consumimos en el extranjero, que ha dado como
resultado la política del abandono al campo, que ahora tenemos que comprar en
el extranjero maíz, frijol, arroz, leche, carne de res, carne de cerdo,
deshechos de pollo; tenemos que destinar para comprar esos alimentos más de 20
mil millones de dólares cada año. Compramos alimentos que podemos producir en México
y estamos exportando mano de obra de muchos mexicanos que por necesidad, por el
abandono que hay en el campo por la falta de oportunidades de trabajo se han
visto obligados a abandonar sus pueblos, sus ejidos, para irse a buscar la vida
del otro lado de la frontera; esto va a cambiar, ya no va a ser así. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Primero México, luego el
extranjero. Vamos a producir en México todo lo que consumimos, el objetivo es
que logremos a mediados del sexenio la autosuficiencia alimentaria, la
soberanía alimentaria. Hoy estuve por la mañana en Guadalupe Victoria, Durango,
una de las zonas más importantes en producción de frijol en el país, con mucha
pobreza. Estamos comprando 120 mil toneladas de frijol, mientras los campesinos
están en el abandono. Hoy en la mañana hice el compromiso que desde el primer
año vamos a producir esas 120 mil toneladas en el país para ya no comprar
frijol en el extranjero. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Así, por cultivo, nos vamos a ir
fijando las metas con programas bien definidos, orientando el crédito; porque
va a haber de nuevo crédito, ya no va a seguir sucediendo lo mismo que [con]
los bancos, [que] sólo viven de los intereses que les paga el gobierno, eso se
va a terminar, va a haber (¿GATE?) a la palabra sin burocratismo, para todas
las actividades productivas. Vamos a definir, repito con mucha claridad, los
objetivos por cultivos y también todo lo que tiene que ver con la ganadería y
con el sector agropecuario y pesquero en su conjunto. El propósito es ése,
producir todo lo que consumimos en nuestro país para que aquí queden los
beneficios. Y también, les digo, vamos a impulsar mucho la comercialización de
los productos del campo, se va a terminar con eso de que el productor tiene que
vender barato lo que produce y comprar caro todo lo que necesita, vamos a
cambiar también eso. Vamos a rehabilitar todas las bodegas rurales para acopio
y distribución de alimentos. Vamos a garantizar una canasta básica de alimentos
para la gente más humilde, para la gente más pobre, artículos de primera
necesidad a precios accesibles. Porque estoy haciendo el compromiso, y voy a
cumplirlo, de que nunca más, nadie, ningún mexicano va a padecer de hambre en
este país. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Tengan confianza, amigos y
amigos, sí se puede todavía rescatar a México; por eso estamos viviendo tiempos
definitorios, decisivos. En estos dos meses y medio sí se puede, pero se
requiere un cambio verdadero; si sigue más de lo mismo, no se va a encontrar la
salida, no vamos a poder enfrentar los grandes y graves problemas nacionales.
Bendita la hora, qué fortuna el que ante una política que ha empobrecido al
pueblo, una política antipopular de corrupción y de privilegios, [que] ante eso
exista esta opción, esta alternativa para llevar a cabo una verdadera
transformación. Malo sería, terrible, el que nada más hubiese un camino, el
camino trillado de siempre. Pero afortunadamente, con la participación de ustedes,
mujeres, hombres, libres, conscientes, millones de mexicanos que están luchando
por un verdadero cambio, existe la posibilidad de construir entre todos, desde
abajo, un camino nuevo, un cambio verdadero que comience erradicando,
terminando, acabando con la corrupción imperante. Eso es lo primero que se va a
hacer, vamos a limpiar al gobierno de corrupción, de arriba hacia abajo, como
se limpian las escaleras. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
¿Hay corrupción en México sí o
no? Mucha, es el cáncer que está destruyendo al país; pero nada más se señala
la corrupción que se da abajo, la llamada mordida, pero saben que todo el
régimen en su conjunto representa la corrupción. Nada más hay que ponerse a
pensar, el presupuesto nacional que es dinero de todos, porque se reúne cada
año con lo que se vende de petróleo al extranjero, y el petróleo es de la
nación, es del pueblo, el presupuesto también se reúne con los impuestos que
todos pagamos, por eso digo que el presupuesto es dinero del pueblo. Pensemos
que este año, (y eso no lo saben el 99% de los mexicanos, no porque no quieran
saberlo, sino porque así se imponen en este régimen de corrupción, negando el
derecho de todos) nadie sabe o muy pocos, que el presupuesto de este año, que
es dinero de todos los mexicanos, es de 3 billones 700 mil millones de pesos.
¿Qué es lo que nos dicen? Que no hay presupuesto. Sí hay, y bastante, lo que
pasa y esa es la gran corrupción, que siempre ese dinero que es de todos va a
parar a unas cuantas manos, se queda arriba. ¿En qué consiste el cambio
verdadero? En que ese dinero, ese presupuesto que es de todos, se va a manejar
con honradez y se va a distribuir con justicia, ése es el cambio verdadero. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Para que vean que sí hay
presupuesto, les dejo la tarea, hagan una cuenta sencilla: 3 billones 700 mil
millones, y somos 26 millones de familias en el país. Si se divide ese dinero
en partes iguales, alcanza para entregar 10 mil pesos mensuales por familia. Eso
no sucede porque se utiliza el presupuesto para rescatar a banqueros, a
traficantes de influencia, se utiliza el presupuesto como se dio aquí y se
repite casi en todos los estados del país. Se utiliza el presupuesto para
favorecer a políticos corruptos como los Moreira y todos sus socios. ¿Es cierto
o no es cierto? Pero no nada más son los del PRI, para que no piensen que les
voy a hacer el juego a los del PAN, que son exactamente lo mismo. ¿Son
distintos el PRI y el PAN? Son lo mismo, sobre todo arriba. Hay que respetar
siempre a los priístas, a los panistas de abajo, que con ellos no es el pleito,
ellos están igual de amolados, igual de necesitados, igual de esperanzados como
está la mayoría del pueblo; a ellos lo que hay que hacer es convencerlos que
tenemos que unirnos todos para lograr un verdadero cambio en nuestro país. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Vamos a terminar con la corrupción,
ya no van a haber los políticos como los Moreira. Ahora venía yo en el camino
de Guadalupe Victoria a Torreón y veo la propaganda para senador del que fue
gobernador de Durango, otro corrupto. Eso es el PRI, eso es el PAN. Ni un voto
al PRI, ni un voto al PAN. ¿O van a apoyar ustedes al PRI? ¿Y al PAN? No,
porque son ustedes gentes muy conscientes; hay que hacer mucha consciencia en
todos los mexicanos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Por eso, yo termino pidiéndoles
que hagamos tres compromisos. Si ya estamos aquí nos asoleamos, sí, es una
asamblea popular, vamos a llevarnos algunas tareas para cumplir, son tres.
Primero: necesitamos… </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.4pt; text-indent: -18pt;">
<b>1.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></b><b>informar a todos los ciudadanos, es
fundamental informar, hacer consciencia en la gente. </b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Tenemos ya lo saben, ustedes se
dan cuenta, a los medios de comunicación en contra, con honrosas excepciones, y
aquí aprovecho para pedir un aplauso a los medios de comunicación que están
cumpliendo con su responsabilidad de informar. Pero hay algunos, los más
influyentes, que están queriendo imponer al próximo presidente de México.
¿Saben cuál es el truco, verdad? Con la publicidad hicieron una telenovela y
así quieren imponer al próximo presidente de México. Nada más que eso está por
verse. ¿O no se habían dado cuenta? El pueblo no es tonto, tonto es el que piensa
que el pueblo es tonto. Pero hay que informar porque así es como dominan ahora
los que se creen amos y señores de México; pero no crean que dominan con la
fuerza bruta, dominan porque son también los dueños de los medios de
comunicación más influyentes del país, y ellos administran la ignorancia, ellos
deciden qué informan y qué no informan. Yo abro aquí otro paréntesis. Recuerdo
que hace poco cuando vine a acompañar a Jesús González Schmal en su campaña por
la gubernatura, y antes que venía a Coahuila, me hacían hasta entrevistas, se
convocaba a rueda de prensa. Al día siguiente, en Coahuila, en la época del
predominio, del cacicazgo de los Moreira, cacicazgo absoluto, al día siguiente,
no miento, no aparecía ni una línea en ningún periódico, no existíamos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Yo les puedo decir a ustedes que
hay dos estados, (porque yo recorro todo el país; ya visité los 2042 municipios
de México y los 418 municipios indígenas de usos y costumbres de Oaxaca, y ando
recogiendo los sentimientos de la gente) en dos estados que se caracterizaban
por un control casi absoluto de los medios de comunicación, dos estados en
donde los gobernadores tenían bien apergollados a los medios de comunicación,
uno era Coahuila, el otro Guanajuato. Eso es lo que puedo decirles. A nivel
nacional ya saben ustedes que padecimos, después de que nos robaron la
presidencia, de un cerco informativo, porque lo que querían era borrarnos,
desaparecernos políticamente; nada más que resistimos, aquí estamos y vamos a
seguir luchando y vamos a volver a ganar la presidencia de la república. Pero
es muy importante que todos estemos informando, despertando consciencias. Miren
cómo le hacen estos mañosos, empobrecen a la gente. Hablé de cómo el
presupuesto, que es dinero del pueblo, se queda todo arriba; sólo reparten
migajas, y eso cuando necesitan los votos como en esta temporada, entonces es
cuando reparten despensas, materiales de construcción, pollos, patos, borregos,
chivos, dinero en efectivo. Hay que orientar a la gente porque así lo van a
hacer ahora, ni modo que vayan a actuar de manera legal, legítima. No. Ellos,
con mucho desprecio al pueblo, sostienen de que con dinero pueden comprar
voluntades, pueden comprar consciencias, pueden comprar lealtades y pueden
comprar el voto, por eso tenemos que informarle mucho a la gente, decirle que
eso que dan en víspera de las elecciones es pan para hoy y hambre para mañana,
que el pueblo ya no está para limosnas, el pueblo lo que exige es justicia.
¿Nos van a ayudar a informar? Que cada ciudadano, cada mujer, cada hombre
consciente se convierta en un medio de comunicación, y a correr la voz, a
informar entre las familias, con los amigos, compañeras, compañeros de trabajo,
en las escuelas, en el transporte público, en las plazas, informar en estos dos
meses y medio para que la gente tenga todos los elementos y no venda su voto,
porque el voto, hay que decirles, es la única arma que tiene el pueblo para
lograr que las cosas cambien en su beneficio. ¿Nos van a ayudar a informar, le
pregunto? Que levanten la mano los que van a ayudar. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Segundo. Ya saben ustedes que
tenemos desde hace algún tiempo el plan de sumar, de adherir a protagonistas
del cambio verdadero. ¿Sí saben lo que es un protagonista del cambio verdadero?
Un protagonista del cambio verdadero es una mujer, un hombre, consciente como
ustedes. ¿Por qué digo consciente como ustedes? Porque miren cómo está el sol.
Si esto fuese un acto de gente despolitizada que no tiene consciencia, o de
gente acarreada, no quedaría nadie aquí, ahí estaríamos bajos los árboles comiendo
paleta, chupando boli. ¿No es así? Bueno, un protagonista es gente como
ustedes, ¿y qué tiene qué hacer cada protagonista? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.4pt; text-indent: -18pt;">
<b>2.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></b><b>Convencer a cinco ciudadanos más. </b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
¿Sí saben de eso? ¿Nos van a
ayudar a convencer a cinco ciudadanos más? Que levanten la mano los que van a
ayudar. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Lo tercero: tenemos que </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraph" style="margin-left: 53.4pt; text-indent: -18pt;">
<b>3.<span style="font: 7pt "Times New Roman";"> </span></b><b>cuidar las casillas. </b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Ya saben cómo se las gastan. Son
delincuentes electorales. Ya no debemos de permitir que suceda lo del 2006.
Tenemos que estar todos defendiendo el voto. Por eso les pregunto ¿nos van a
ayudar como representantes de las casillas electorales? Ya les van a ir a
visitar, todo el que quiera ser representante de casilla, que se apunte, y lo
que se requiere más que de conocimiento, lo que se necesita, es honestidad;
porque estos mañosos están acostumbrados también a comprar a representantes de las
casillas para que hasta les firmen el acta y puedan decir que todo fue limpio.
Por eso necesitamos gente decidida y sobre todo gente honesta. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Yo aquí abro un paréntesis,
porque constantemente ante esta descomposición que hay porque esto no sólo es
una crisis, es un proceso de degradación progresiva, desgraciadamente es una
decadencia, cuando me dicen qué entiende por izquierda, qué es la izquierda, yo
defino que la izquierda es ser honesto y de buen corazón, eso es ser de izquierda,
lo demás es añadido, ¿o se necesita más que eso? Ser de izquierda es ser
honesto y de buen corazón, pensar en el otro, pensar en la otra, pensar en el
prójimo; eso es ser de izquierda. Por eso les pido que se apunten para defender
los votos como representantes en las casillas. Que levanten la mano los que nos
van a ayudara defender lo votos. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
¿Qué compromisos hago yo con
ustedes? Actuar siempre con rectitud, con honestidad. No se preocupen, yo no
voy a cambiar mi manera de pensar, mi forma de ser. Dicen que el poder atonta a
los inteligentes y a los tontos los vuelve locos. ¿Pero saben que eso sucede
cuando no se tienen ideales, cuando no se tienen principios? Yo ya llevo 35
años luchando por mis ideales, por mis principios, y no voy a cambiar, jamás
voy a traicionar al pueblo de México. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Les ofrezco también mi experiencia.
Fui jefe de gobierno en la ciudad de
México y ahí están los resultados. Hoy todavía, de esas raras cosas que
suceden, apareció una encuesta en donde en la ciudad de México le llevamos 10
puntos de ventaja al candidato de la cúpula del poder. Ahora me tengo que
medir, ya no puedo hablar como antes. ¿Pero ustedes me entienden, verdad? ¿Por
qué en la Ciudad de México estamos arriba? Ya gobernamos allá, la gente sabe lo
que fue nuestro gobierno y tenemos experiencia. ¿Por qué en la Ciudad de México
no hay tanta inseguridad como hay en el resto del país? Porque en la Ciudad de México
se atiende a la gente, hay programas de apoyo a todos y fundamentalmente a la
gente pobre, a la gente humilde. Si un joven tiene una beca, se le aleja de la
tentación de tomar el camino de las conductas antisociales, si una gente tiene
trabajo se le aleja también de la tentación de enrolarse en las filas de la
delincuencia. Si hay bienestar, puede haber tranquilidad, puede haber paz
social. La paz, la tranquilidad son frutos de la justicia. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Para serenar al país ¿nosotros
qué vamos a hacer? Vamos a echar a andar la economía, va a haber trabajo, va a
haber bienestar, se va a atender a los jóvenes y no se va a permitir la
corrupción. Y yo les aseguro que así vamos a recobrar la paz y la tranquilidad
en México; de esta manera se va a terminar la violencia que tanto daño le hace
a nuestro pueblo. Ofrezco eso, mi experiencia, y ahí están los resultados; el
DF es de las ciudades más seguras del país, precisamente por los programas sociales
y porque no se ha permitido la corrupción en las corporaciones policiacas, ni
en la procuración de justicia, ni en la secretaría de seguridad pública; y por
eso es que hay seguridad en el Distrito Federal, y así vamos a serenar todo el
país. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Ofrezco también mis sentimientos,
ofrezco mi corazón y aquí de manera muy especial hice un compromiso porque me
lo pidieron los familiares de los mineros que quedaron sepultados en Pasta de
Conchos; hice el compromiso en Nayarit y ahora lo repito: desde los primeros
días del próximo gobierno vamos a iniciar los trabajos para desenterrar los
cuerpos de los mineros y entregárselos a sus familiares. ¿Y por qué va a ser en
los primeros días? Porque vamos a ganar en julio y desde que yo sea presidente
electo, voy de nuevo a recorrer todo el país y nos vamos a volver a encontrar
para que de esa manera empecemos ya, junto con la gente, a gobernar México y a
transformar nuestra nación, nuestro querido país. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Yo quiero decir a ustedes que en
esta ocasión estoy muy, muy agradecido, en esta ocasión, por estar aquí con
ustedes en La Laguna, porque a pesar del sol están en esta asamblea. Ya
termino, sólo [quiero] pedirles que no olviden el apoyar a los candidatos a
senadores, a diputados, de la coalición de la alianza, que apoyen a Jesús
González Schmal, que es candidato a senador; que apoyen a todos nuestros
candidatos a diputados. No voy a mencionar sus nombres, pero ya ustedes los van
a conocer porque ellos van a ir a visitarles. Candidato que no hace campaña
casa por casa por casa, no es candidato. Candidata o candidato que no hace
campaña casa por casa, no sirve de candidato; tienen que hacer campaña, tienen
que estar constantemente hablando con la gente. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;">
Aquí, en este acto, celebro
también que estén ciudadanos de Torreón que pertenecen a as clases medias,
porque hablé de que necesitamos la unidad de todo el pueblo; estamos llamando a
la reconciliación nacional, tenemos que unirnos, no lo dije: tenemos como
propósito pelearnos con los priístas, con los panistas; lo que queremos es
convencerlos, para unirnos, todos, convencerlos para rescatar a México. Y aquí
están como integrantes de las clases medias de Torreón, de Coahuila, José
Francisco Rojas Cuevas que me acompaña esta ocasión; un empresario que renunció
al PRI, una ocasión que estuve en Saltillo y que decidió sumarse, adherirse a
este movimiento, Armando Guadiana Tijerina. ¿Verdad que sí merece
reconocimiento? Con todo respeto, es que hay algunos que están viendo todo el
cochinero que hay en esos partidos y ahí siguen, y ahí siguen, pero hay afortunadamente,
como Armando, que dijo ya basta y pintó su raya y está ya en este movimiento
para transformar a nuestro país. Otro empresario, muy respetable, respetado
aquí en Torreón: Alejandro Gurza Obregón, que está aquí con nosotros; muchas
gracias Alejandro; dice que le preguntan, estaba comentando ahora, oye
Alejandro, ¿y tú por qué tomaste la decisión de apoyar a Andrés Manuel, y así
como habla, ¿por qué no se los dices, así?</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
COMENTARIO de Alejandro Gurza Obregón.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si lo he sabido, le dejo le dejo más tiempo, ya no hubiese
yo hablado tanto: Alejandro Gurza. También me acompaña el presidente del
Partido del trabajo, Alberto Anaya, que está aquí con nosotros. Dirigente
también me acompaña del movimiento ciudadano Armando López Campa. También es
candidata al senado Rosa Beltrán Enríquez. Y miren, para terminar mi
agradecimiento a todos los dirigentes campesinos, dirigentes de organizaciones
campesinas, muchas gracias a todas y todos los compañeros dirigentes del
movimiento campesino independiente de nuestro país. Muchas gracias a todos los
que organizaron este acto y que dio lugar a la firma de un acuerdo que vamos a
cumplir cabalmente. Muchas gracias a todas y a todos ustedes. ¡Que viva
Emiliano Zapata! ¡Que viva Francisco Villa! ¡Que viva Francisco I. Madero!
¡Viva el pueblo de La Laguna! ¡Viva Coahuila! ¡Viva Durango! ¡Viva México!
¡Viva México! ¡Viva México!</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-22899570272996339412010-09-18T20:36:00.001-07:002010-09-18T20:36:43.218-07:00Quiero escribir pero me sale espuma (crónica de viaje)A quien le interese, más o menos así fue mi viaje en Julio a Veracruz, el D.F. y Costa Rica, Sinaloa. Quítenle lo que le invento y súmenle lo que se me olvida:<br />
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<br />
<br />
1. Veracruz.<br />
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Llegué a Poza Rica pero no salí de la central camionera. Apenas el camión se detuvo en la estación agarré mi mochila y me fui a investigar horarios a Xalapa. Cinco minutos más tarde estaba sentado en el piso, frente a la taquilla al aire libre de ADO, sacando de abajo de la plantilla de una de mis botas un billete para pagar el boleto de un camión que ya casi salía (para mi suerte y porque Murphy es grande, era 8 de Julio y en Veracruz los descuentos de estudiante comenzaban hasta el 10). Por precavido, también me compré un seguro de 8 pesos que me cubría gastos médicos urgentes durante una semana en la ciudad a la que viajara: aquí me cayó bastante bien ADO, sin ser esto un comercial. <br />
<br />
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<br />
1.1 – Xalapa. La estancia en Xalapa, si mal no recuerdo, fue de tres días. Se me quedó grabado, por lo pronto, esto: un departamento muy chico, pero lo suficientemente grande para pintarle un mundo por dentro y para que le cupiera una gran promesa para el teatro, la actriz lagunera Laura Castro, el edificio era un lugar azul, con escaleras pequeñas, muchas puertas, plantas, gatos, y techos que de tan bajos creo haber peligrado la coronilla varias veces; El Imaginario del Doctor Parnasus; los cinco tacos de pastor por doce pesos; un sable que perteneció a Guadalupe Victoria, a lo que solamente hacía alusión un mísero letrerito dentro del museo de la ciudad, lugar que claro tenía su foto dignísima y fotochopeada del sonriente y descarado gobernador, donde además aprendí bastantito sobre la historia contada de Xalapa (eso y que a veces la visión de la oficialidad –o de quien sea que haya escrito los textos en ese museo- en una ciudad puede realmente sentirse agradecida y hasta orgullosa por haber sido colonizada); aprendí luego también en el café Bola de Oro que una taza de café chica puede costar trece pesos y tener refil, pero que la taza grande puede costar diecinueve, sin tener el doble de café que la chica y sin tener refil, y sobre todo que el obtener más café por 13 pesos que por 19 puede ser bastante lógico para el personal del lugar (lo siento, fue un momento de frustración porque ni mesera ni cajera parecieron entender por qué yo hacía berrinche indignado -ni modo, por no preguntar y sólo suponer-) (en ese café también aprendí que de repente tu amiga que estudia teatro puede estar toda pintada de blanco, no como mimo, como estatua); recuerdo también que pasando por una calle no tan chica cuyo nombre no recuerdo, me senté a escuchar dos o tres canciones con marimba en vivo y le ofrecí a un viejo con gorra de marinero un Faro y después de las canciones me dijo que a la banda sólo les echara en el raspador metálico la mitad del dinero que les iba a dar y que le diera la otra mitad a él para un café -conocería el señor un café muy barato-, luego me enteré que su apodo era El Capi y que había yo estado fumando con un personaje urbano de renombre y tal vez me arrepentí de no haberle invitado el café; luego (o antes) un amigo de Laura me empapó las ideas con la mención de un concepto que debe considerarse para calificar muchas cosas con las que nos podemos topar en México: el bizarrismo mágico (que yo percibo como todas esas cosas extrañas, ridículas y reales -situaciones, personajes, coincidencias, ideas- que te puedes encontrar al doblar en una esquina o al cambiarle de canal -esto me parece muy, muy amplio y no termino de definirlo, habrá que seguir aterrizándole el significado con próximas experiencias-). En Xalapa llovió en las tardes y noches, y me di cuenta que mi ración de Faros no me iba a durar ni la mitad del viaje. En la mañana del día en que me iba (pondría aquí que también llovía, pero le tengo pavor a la rima y aparte lo voy a mencionar 57 palabras después de ésta) compré un mapa del estado en una librería (ven, más rima) y con una pluma verde me puse a unirle los lunares al papel ése para tener alguna ruta como es moralmente debido. Con la mochila puesta otra vez y el eslipin mal enrollado, le dejé una nota del estribo a la actriz-estatua sobre el refrigerador-escritorio que más o menos decía así: “Salí rumbo a Catemaco. Llovía.”<br />
<br />
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1.2 - Catemaco. No hubo ningún brujo, o no los busqué bien. Antes de que entrara en vigencia la aprobada ley que prohíbe lucrar con la ignorancia y la necesidad de los ciudadanos (¡esto podría ser Bizarrismo Mágico! Que un gobierno que justo a ese lucro se dedica tenga la desfachatez de querer castigar el esoterismo cuando existen casinos, el monte de piedad y las elecciones, etc.) quise conocer el pueblo del que tanto se habla como un lugar lleno de misticismo y magia (aparte mal no me iba a caer una buena limpia) pero me fui tras el engaño de la idea colectiva e idealizadora. No encontré brujos (repito, tal vez por no buscarlos bien) pero ese sábado me encontré un pueblo a orillas de una laguna majestuosa, en cuyas calles comenzaban a desmodorrarse varios juegos mecánicos, locales para jugar a los canicones, los darnos o los aros y tal vez ganarse algún muñeco. Unas calles después de la plaza principal, buscando un lugar barato para dormir y dejar por lo pronto la mochila, se me acercó un cuate de unos treinta y tantos años a preguntarme sobre hoteles; sí, mira, por allá está tal y cobra tanto, está muy caro, y allá está ése otro pero también se me hace caro, pero una señora me dijo de un hotel San Francisco donde no está tanto. Yo vi un letrero de San Francisco allá arriba, dijo, ah pues le caminamos entonces. Para allá. Señor, disculpe, buenas tardes, ¿el hotel San Francisco? Ya se pasaron, váyanse por ahí y luego por allá. Y llegamos al hotel que me había dicho la señora que vendía tortugas de ojos bailadores hechas con caracoles y conchas. Salió bien el asunto, nos salía más barato a cada uno si el cuarto era para dos personas (claro que sin televisión, señorita, no vengo a ver televisión), total ya llevaba varios días con la espalda acostumbrada al eslipin sobre el piso. Me dijo Vicente, que así se llamaba el nuevo conocido (por conocer), que al mapa no le hiciera caso porque ya tenía guía; hablamos sobre algunos lugares, uní y encerré más lunares del papel con la pluma verde y nos salimos después por unas cervezas. <br />
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En Catemaco se puede beber cerveza en la calle (a ver si las guías turísticas, esas caras y subjetivas que compran los extranjeros, ya van agregando a sus líneas datos importantes como éste y el que sigue) y no se dice “me da un bote” porque podrían darte una cubeta para trapear, se dice “me da una lata”. Había mucha gente en la calle a pesar de la lluvia. Los de los puestos de artesanía y recuerditos no se rajaban y seguían bien puestos con sus plásticos sobre los collares, la ropa y los llaveros. Vicente me contó que había trabajado en Catemaco hace quince años y que, salvo por la plaza y la iglesia, ya no reconocía el pueblo. Me habló de aquellos tiempos, de su familia, de su profesión de maestro de primaria, del tipo con el que no recordaba cómo tuvo contacto por internet y que trabajaba en un bar que estaría cerca de ahí. Después de las tres respectivas latas, no botes, que nos tomamos debajo de un techo de lámina gracias al aguacero, fuimos a buscar el lugar, temerosos de que el supuesto conocido hubiera mandado a Vicente a un bar gay. No recuerdo el nombre, algo parecido a El caracol o La caracola. Tuvimos que cruzar un jardín para entrar a una especie de launch que simulaba una cueva. Nos sentamos y nos regalaron unas bebidas de mango y bacardí junto con unas empanaditas que porque era cumpleaños del dueño. ¡Carajo, sí es bar gay, cabrón! Y el Vicente haciéndose el despistado para que no sospechara el supuesto conocido que era él. Pero no, no era bar de ambiente, porque ¡en eso que se apoderan del escenario un tipo con una guitarra y una chava con pintas de cantar bien y que comienzan con una suculenta y energizante Trova! Y la Trova, ¡la señorona Trova! como todo el mundo sabe, es música de machos. La jarra de cerveza estaba bastante accesible y nos tomamos varias. Sobre una de las bocinas había desde hacía rato unos bongós abandonados a la suerte del primero que se creyera que los sabía tocar. Pa’ pronto fue tarde y me animé con el debido permiso pedido, luego de ahí a la batería que también estaba sin amante y después de tocar Música Ligera (ya no era tan, tan de machos la música) seguía mi prueba máxima, por fin, algo para lo que tenía varios miércoles ensayando visualmente acá en Torreón en el bar Marioneta: Jazz. Y se citó de Cerati el último verso ligero, con su debido remate y cimbaleo tintinante, y nada, que muchas gracias, que un aplauso para el amigo baterista y que ahora para el jazz en las percusiones nos va ayudar la dueña del bar. Carajo, pues gracias a ustedes, lástima, de todas formas ya quería ir por otro cigarro y la cerveza se me estaba calentando, y en parte fue alivio porque no estaba ya muy coordinado que digamos como para que fuera mi mejor noche detrás de las baquetas. Después del jazz, Julián (cómo? Mulián? No, Julián. Julián? Sí Julián) Morones Torres, vocalista y guitarrista del dueto, estaba sentado con nosotros y yo hablaba creyéndome músico y, sí, canta muy bien la chava, tú también, pero ella canta muy chido, pero le hubieran seguido con la trova, iban bien con la trova, mira, yo tengo un colectivo y… el grano… feisbuc… tafoya… cuentos… bongós… otra jarra compadre, por favor… Y en la verborragia de la cerveza, Vicente molesto conmigo porque la pantalla de su celular simplemente dejó de funcionar y era culpa de la mala suerte que yo le había contado que me había traído de Torreón por culpa del, en ese ahora, suertudo de mi amigo Gerardo Ibarra. Ya no hay cerveza de barril, ah pues tráeme dos Indios, por favor. Y lo mejor de toda la noche: dos Indios gratis por mi peoresnada palomazo, esas las invita el bar. Lo más que he ganado por tocar la batería. La cuenta y a dormir.<br />
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Vicente era de confianza, no me hizo nada en la noche (no al menos algo de lo que yo me enterara) ni amanecí en un cuarto vacío sin mochila ni zapatos. Habíamos planeado subirnos a una lancha esa mañana y recorrer el lago de Catemaco, después agarrar nuestras chivas (mi mochilota y su maletilla) y visitar varios lugares antes de llegar a Veracruz. El paseo en la lancha no tuvo en sí nada recordable, duró como una hora. Pasamos por la isla de los macacos (un pedazo de tierra en el lago que tiene como 20 macacos propiedad de la UNAM, si mal no recuerdo) y otros lugarcillos sin mucho chiste. Bajándonos de la lancha, ah espérenme, antes de la lancha desayunamos chilaquiles verdes y café de olla en una fonda del mercado (y yo de postre dos aspirinas), entonces bajándonos de la lancha Vicente compró un vasito de Tegogol preparado, que eran unos como caracoles con pico de gallo y jugo de tomate que, presumían quienes los vendían, eran mejor que el viagra. <br />
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1.2 Salto de Eyipantla. De ahí, pues, fuimos por las mochilas y nos trepamos a un camión para ir al Salto de Eyipantla, cascada que mi buen amigo Enrique “Kamichibai” González me había recomendado visitar. La entrada a la cascada está llena de puestos de ropa y restaurantes, también venden cocos. La cascada ustedes la pueden ver en fotos, una chulada. Dejamos las mochilas (mi mochilota y su maletilla) en un puesto de refrescos y una niña se tuvo que salir de debajo de la barra para que la muchacha pudiera poner ahí el encargo. Vimos luego la cascada, nos compramos unos refrescos y Vicente compró tres vasos de Tegogol por 50 pesos porque la señora que los vendía gritaba que era mejor que el viagra y que servía para aguantar la bajada y subida de los 300 y tantos escalones (por eso y porque andaba medio crudo). No sé si sea mejor que el viagra o no, pero el Vicente no llevaba ni 50 escalones cuando ya iba bien pescado del barandal y deteniéndose cada 20 segundos para agarrarse resoplando las rodillas y verse los zapatos. En las televisiones de los restaurantes estaba un juego de futbol que tenía enajenados a todos, después me enteré que lo ganó España y que hicieron mucha fiesta por eso. <br />
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1.3 Tlacotalpan. Esperamos un buen rato a que pasara un camión que fuera rumbo a Alvarado, pero a medio camino se nos ocurrió (se le ocurrió a Vicente) bajarnos para tomar la desviación a Tlacotalpan. Como nadie nos dio rait, después de admirar el ancho río Tlacotalpan, tomamos un camión y nos fuimos ahora sí a Tlacotalpan. Hizo como 15 minutos. Vicente me dijo que ahí y Alvarado eran los únicos lugares donde se conservaba aún el acento cliché veracruzano (de veracrú). El pueblo está muy pintoresco. Dijo Vicente que es famoso porque ahí filma el señor Emilio Azcárraga Jean algunas de sus taranovelas, la última fue una de Maité Perroni (la rebelde guapa de pelo negro y así). Por decreto, no sé de quién, las casas del pueblo deben tener arcos al frente y estar pintadas con colores pasteles o colores vistosones y pintorescosones, pero se me olvidó tomar fotos. Comimos pollo con crema de chipotle y una jarra de agua de jamaica de verdad en un comedor que debía ser muy famoso porque la señora (se me olvidó el nombre) tenía la pared del comedor toda autografiada por importantísima y excelentísima gente que iban desde Angélica María hasta miembros de grupos y bandas con nombres del tipo La Inigualable Banda La Concha Veracruzana o Conjunto Zopilote; pero aquello más bien era un cuadro de honor a la pésima ortografía. <br />
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Cuando caminábamos rumbo a la parada del camión, nos detuvimos en una tienda de recuerdos a bobear (tienda de recuerdos, sería bueno comprar uno que otro y aprender de recuerdos comprados cuando uno no alcanza a vivir alguna experiencia. –Oye, Jacobo, ¿vas a ir al mitin del movimiento mañana, 2 de Octubre, en Tlatelolco –dijo Gerardo– No, no puedo, me faltan 17 años y medio para nacer. Luego compro el recuerdo –contestó Jacobo desde la nada) nos detuvimos en una tienda de recuerdos a bobear y saliendo se me acerca un tipo y me pregunta que si quiero piedra, y yo dije, no gracias, pensando que para qué iba a andar alguien ahí ofreciendo piedras si junto al río de Tlacotalpan había muchas. Yo creo que ya sabía que a los policías federales que estaban a media cuadra no les gustaban las piedras porque cuando les pasó por un lado no les ofreció.<br />
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1.4 Alvarado. Alvarado se supone que es famoso (o infame) por la cantidad de groserías que utilizan los locales cuando hablan, sea pues que son muy groseros los de Alvarado y que no lo hacen por malvados sino porque así hablan. Ahí estuvimos una hora mientras salía el camión a Veracruz. Era domingo y yo estaba molesto porque me habían cobrado 15 pesos los de ADO por guardarme la mochilota (maldito Word, deja de decirme que Mochilota no existe, tú que vas a saber de lenguaje si no hablas). Caminamos como siete cuadras hasta el puerto pero todo estaba solo. Los puestos del mercado de mariscos junto al río estaban dormidos y espiraban su aliento de pescado. Vicente me dijo que, en días hábiles aquello era un banco de personas (apréciese pues aquí mi creatividad con las letras porque no dije banco de peces ni multitud de personas, sino banco de personas) personas aventando pescado, rompiendo hielo, desescamando, dando y recibiendo dinero, maldiciendo al estilo alvaradeño (¿alvaradense?). Tengo que aclarar que a mí nunca nadie jamás me mentó la madre ni me mandaron con la malinche, así que las groserías en Alvarado fueron lo mismo que los brujos en Catemaco, sólo que yo no las iba buscando. Lo mejor de esta ciudad que conocí en su somnolencia dominguera, fue la tranquilidad de sus barcos pesqueros oxidados, varados a orillas de la última calle.<br />
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1.5 Veracruz. Hasta ahora creo que no he hablado de mi infiel y despastado compañero en todo este viaje: el libro Regina, de Antonio Velazco Piña, préstamo medio asertivo de mi amigo cantautor David Montoya. Tengo que mencionar a Regina ahora porque me lo recuerda el momento en el que el camión estaba entrando al cuatro veces heroico puerto de la ciudad de Veracruz. Regina estuvo conmigo en todos los camiones, en todas las plazas, en todos los cafés, estuvo conmigo en el segundo piso de un bar de Xalapa a las dos de la tarde, estuvo cuando me quedé a dormir sin fuego en la playa virgen Playa Muñecos, estuvo en todos los hostales y en todas las pirámides. Y lo más curioso es que yo estuve en muchos de los lugares a los que Regina va, la protagonista, no el libro (me faltó el Tibet y China y algunas partes del DF, carajo). Me recuerda al libro mi entrada a la ciudad de Veracruz porque justo en ese momento, cuando el camión iba pasando junto a una cabeza olmeca en un camellón y cuando Vicente me veía como diciéndome ya llegamos (eso lo inventé, lo de la cabeza olmeca no, lo de Vicente, porque en realidad él iba dos asientos adelante y estaba o dormido o muy entretenido con la película) y cuando el cuatro veces heroico Vicente me veía como diciéndome ya llegamos, a mí, dos veces heroico, yo leí en el libro estos párrafos que transcribo: <br />
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“La llegada del buque al puerto de Veracruz tuvo lugar al mediodía del viernes 15 de marzo de 1968. Levantada desde antes que rayase el alba, Regina se había colocado en la proa y mantenía clavada su expectante mirada en el horizonte. Lentamente fueron emergiendo ante ella los perfiles de las costas mexicanas.” (página 184)<br />
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Me sentí como cuando a veces estás leyendo y de fondo escuchando una canción o a alguien hablar, y coincide una palabra. Así me sentí, con ese gustillo sabrosón por la coincidencia, pero mucho mejor, era una coincidencia contable y considerable. Luego hablamos de si está bien o mal escrito el libro, pero para mí fue importante porque me hizo reír, preocuparme, maldecir, rabiar más de una vez, y porque estuvo muy cercana la trama geográfica del libro a mi viaje, a raíz de ese momento de nuestra entrada a Veracruz. Luego me pasó algo similar estando por azar en la colonia El Pedregal en el D.F. Ya las demás coincidencias fueron porque yo perseguía los lugares después de leerlos. <br />
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No, mejor hablamos ahora del libro. Se sabe que Regina es un verdadero fraude, primero porque el autor jura que fue verdad, que él conoció a la protagonista y que en verdad era la reencarnación del espíritu de Cuauhtémoc (y una Dakini tibetana, espíritu capaz de controlar a la naturaleza) educada en El Tibet y China, reina de México que despierta a la pirámide de la luna (después de 20 años de preparación en oriente para hacerlo) y la energía liberada causa todos los movimientos estudiantiles mundiales de 1968 (méxico, francia, la primavera de Praga, etc) dispuesta a morir aquel día en Tlatelolco junto con 400 personas conscientes de su sacrificio (como lo estuvo Cuauhtémoc precisamente en la última batalla, la de Tlatelolco contra las tropas de Cortez). Es una novela con una historia interesante, una trama algo inverosímil dentro de su misma lógica (inverosímil no porque Regina pueda hablar con los cerros y las nubes, eso se acepta por el contexto budista que Velazco Piña nos plantea desde un inicio, sino porque llega el momento en que con sólo levantar una mano y decir ¡Despierten! puede poner de su lado a centenares de padres de familia anti-movimientistas o hacer llorar y arrepentirse a las hordas de Halcones -presidiarios contratados por el gobierno de la changa Díaz Ordaz para controlar y detener violentamente a los estudiantes-), una novela cuyo único valor es eso, ser novela, no puede tomarse como un libro histórico y hay una cantidad enorme de personas (los reginistas) que lo han hecho, incluso pueden ustedes ver en fotos de la piedra que está en la Plaza de las tres culturas en honor a los asesinados ese (primer) 2 de octubre, que alguien escribió con marcador negro el nombre REGINA al final de la (muy, muy, muy, muy breve) lista de muertos. Es una novela inverosímil (hasta dentro de su propia lógica), pero es una novela entretenida, un buen juego de imaginación, una bonita fantasía histórica. Aquí el problema y lo más grave, y opino esto ya después de leer comentarios y artículos a cuyas opiniones me sumo, es que Velazco Piña justifica la matanza, la plantea como algo predestinado, algo que TENÍA que ser para que nos renováramos y pudiéramos dar paso a una nueva era (como Cuauhtémoc y sus tropas lo hacen en el mismo lugar 447 años, un mes y 19 días antes, según el autor, -aquí información sobre esa terrible batalla donde murieron 40 mil mexicas http://www.viajeros.com/diarios/mexico/tlatelolco-donde-se-libro-la-ultima-batalla-de-la-conquista), es decir, que sin darse cuenta, dentro de su mismo odio hacia las fuerzas que reprimieron el movimiento, hacia la changa Díaz Ordaz, su achichicle Echeverría y toda la sarta de culpables que viven y murieron libres (Echeverría ahora vive sus últimos años en arraigo domiciliario en su mansión) gracias a la ineptitud y complicidad de los siguientes gobiernos (del primero hasta el último y a ver cuántos siguen, he escuchado que Calderón quiere eliminar los archivos del movimiento); dentro de su mismo odio y rechazo hacia todos los culpables, Antonio Velazco Piña los justifica y les resta muchísima culpabilidad al inferir que todos los muertos, que toda la represión, que todos los heridos y apresados (secuestrados), que todos los desaparecidos, que toda la injusticia y la infamia estaban predestinados a ser, que todo tenía que pasar. Le da justificación y razón de ser a todas las infamias de 1968 cometidas contra el pueblo mexicano. A quien le interese le recomiendo el libro para que sepa de qué estoy hablando, repito que es un libro entretenido (de unas 500 páginas) y que debe tomarse como FICCIÓN, que es una NOVELA que tiene sus propios errores, como todo, y queda sujeta a la percepción y gusto de cada lector. A mí me sirvió porque me ENTRETUVO durante el viaje y me acercó bastante al Movimiento Estudiantil del 68, es buena para adentrarte en el coraje original (fíjense qué bonita alegoría, así debería ser, nacer con un coraje original en vez de con un pecado original, sólo que ojalá y el coraje sí fuera cierto, que en verdad se heredara el dolor, las ganas de arremeter contra los culpables y construir el México nuevo -no esta mierda- sobre las flores que les crezcan de los cráneos, ahora capaces de dar vida a algo bueno) es buena para adentrarse en el coraje original y ya después investigar ahora en serio sobre el 68. Lo digo sobre todo a los nuevos en esto, como yo, se lo digo a los que de esto saben muy poco y se preguntan qué significa en verdad eso de 2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA. A mí para eso me sirvió Regina, para encabronarme. Ya que se entretenga uno con su ficción, ahora sí, a leer sobre la realidad, a investigarle. Les dejo aquí la dirección de un blog que contiene artículos e información sobre la verdadera Regina Teuscher Kruger, la que Velazco Piña toma para crear su mítica Regina Teuscher López (es que, en verdad, el cuate jura que fue cierto, que él lo vio todo) http://amrtk.wordpress.com/. Esta información y visión, se la debo en gran parte a mi buen amigo y maestro, el poeta, escritor, cuentista y cuentero, artista, investigador y presente en aquel primer 2 de octubre, Enrique “Kamichibai” González, el mismo que me mandó a la cascada del Salto de Eyipantla. <br />
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Entonces, después de justificar por qué le digo infiel a mi compañera de viaje, a Regina, continúo. Llegamos, pues, Vicente y yo a Veracruz ya de noche, como a eso de las 9. De la central camionera caminamos unas cuadras para agarrar un camión urbano que nos llevara cerca de su casa. El camión lo tomamos en una esquina donde había un téibol famoso, Vicente me dijo que el lugar era conocido porque una bailarina de ahí había ganado no sé qué concurso nacional de téibol dans. La casa quedaba en una colonia en la periferia, cerca del aeropuerto, como a 40 minutos del centro en camión.<br />
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En el puerto estuve creo que cuatro días. El favor enorme, que me hizo Vicente, de darme hospedaje me cayó de perlas, aunque la casa sí estaba un poco lejos del centro, me vino muy bien ahorrarme el dinero y, lo principal, la compañía, porque aunque se diga lo contrario, siempre estamos buscando compañía, para que las únicas palabras que uno cruza no sean con la chava del oxxo o con el mesero del carísimo y viejo café La Parroquia, o con el cuate de uno de los puestos del tianguis artesanal que tenía un Popeye como el que me robaron de niño. Uno se sienta en el café solo, a fumar y leer, pero siempre con la atención en el hombro o en lo que hay detrás del libro, por si alguien tiene la inocencia para rescatarnos de esa soledad de lectores aferrados con un “buenas tardes” o un “disculpa ¿qué lees? ¿me puedo sentar?” (o un “¿me prestas tu cenicero?”, verdad Gerardito, chiste local para el amigo aquel que me pasó la mala suerte que yo le pasé a Vicente). Tiendo a ser más amable con la gente cuando viajo solo porque uno se vuelve loco si no se habla con nadie, si no siente que alguien lo percibe; aunque en sí todo el día sea una conversación conmigo mismo (como hoy, domingo 12 de septiembre del 2010, que no salí de mi casa y no recuerdo si hablé en todo el día, sé que no vi a nadie, pero no sé si hablé o no, yo creo que sí porque me gusta hablar solo, como para escucharme y asegurarme de que sigo ahí, no porque esté loco, sólo para saber si sigo existiendo) y aquí estoy escribiéndole, por ejemplo, a la computadora, según yo platicando con algo o con alguien; igual se mueve uno entre las personas-hormigas, platicando consigo mismo, imaginando, recordando, planeando, sintiéndose bien por andar en Veracruz solo.<br />
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Gerardo, mi amigo, el mismo que me había transferido la racha de mala suerte que yo le pasé a Vicente y el mismo al que después iba a ver en el D.F. y al que hace como trece renglones le dije un chiste local sobre un cenicero, me recomendó días atrás (aún acá en Torreón) que cuando fuera al puerto comprara puros en una carreta en el zócalo de la ciudad, una carreta de madera que se iba a llamar La Fama. Aquella primera mañana fue muy buena. Vicente me dio un aventón al centro de la ciudad y medio me explicó algunos lugares y cosas. Cerca del zócalo (que a mí más bien me pareció una placita muy sabrosa) me compré unos tacos sudados que llamábanse 100% chilangos, un vaso de agua de jamaica y me sumergí en Regina sentado en una banca. Mientras leí por una hora, más o menos, me habré fumado tres o cuatro Faros (que por cierto ya para esas alturas se me estaba acabando mi reserva de una decena de paquetes surtida en Torreón, sin juzgar, por favor, que cuando uno fuma y aparte anda caminando solo, leyendo solo, comiendo solo, bebiendo solo, hablando solo y olvidando solo, se fuma más). Cuando cerré el libro, un señor de unos 90 años, con pinta de español viejo, me dijo que uno se cansa de leer, ¿verdad? Y yo le dije que sí, que uno se cansa. El señor siguió hablando como por cuarenta minutos. Fue de las partes más entretenidas de mi viaje. Se me borró su nombre porque tengo muy mala memoria para los detalles y porque me lo dijo entre dientes ya que se iba. El señor era español, efectivamente; en su adolescencia se le fugó a su mamá española de las islas canarias y se fue a trabajar a Brasil de albañil, años después en Barcelona conoció a una hija de una rica familia con hoteles en Veracruz, se casó y tuvo la vida medio resuelta viviendo ahí en el puerto mexicano. Con su acento español-brasileño-veracruzano me dijo varias cosas de las que solamente se me quedaron tres, aparte de lo breve que ya conté de su vida: (1) que tenía 20 años con su actual mujer (la tercera o cuarta), que era buena y que él creía que ya ahí se quedaba; (2) que “el papa, a chingar a su madre, quién se cree para decirme que es mejor que yo, después de la muerte todos somos iguales” y (3) que el hombre vive para comer, trabajar, dormir y, si se puede, coger. Cuando se levantó y se fue, lo hizo a duras penas y con menos estatura de la que yo le calculaba.<br />
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Me levanté de la banca con mi libro bajo el brazo (va todo el reino animal) y di unos pasos detrás de la banca hacia la carreta de La Fama, que ya tenía bien identificada desde hacía rato. Me compré un purito Cohiba por 10 pesos que muy a gusto me fumé en una de las mesas externas del enorme e histórico café La Parroquia (si mal no recuerdo, desde 1805), que ya mencioné que estaba muy caro, porque una tacita de juguete de un sabrosísimo café negro veracruzano me salió en $25 pesos (sí, tú que vas a Starbuck’s o a empresas cafeteras de mierda parecidas, dado el precio al que lo compran ellos -no más de 12 pesos por kilo-, pagar más de 20 pesos por una taza de café es demasiado, así sea en el café más viejo y grande del país). Me fumé pues mi purito y me puse a vagar por el muelle y los mercados. En el muelle había buques de guerra pequeños, unos gringos, otros mexicanos; había el velero-escuela de la Naval mexicana, el Cuauhtémoc, muy bonito, adornadito y cuidadito, y te podías subir y regañar de lo lindo a la gente que se cruzaba las líneas de no pasar; podías pasearte entre la gente embobada con el timón y lo grande de las velas que se toma fotos con las hijas y los novios, que es la misma gente que se mete a los museos y los puede recorrer en 20 minutos porque no se toma el tiempo de leer cada explicación y admirar cada cosa.<br />
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No recuerdo qué comí, no recuerdo muchas cosas, sólo que en la noche Vicente se tardó en llegar a su casa en las afueras de la ciudad y yo, por suerte, traía (como buena niña) repelente de insectos y (como buen solitario) un libro. Fuimos a cenar (¿o eso había sido la noche anterior?) unos tlacoyos y de postre un hielito de cacahuate (lo juro). Vicente me contó que hace tiempo, antes de divorciarse, con él trabajó una señora excelente que le ayudaba en su casa y le cuidaba a las hijas, me dijo que le decían Doña Salma, no porque así se llamara, sino porque no recordaba su verdadero nombre y había trabajado con Salma Hayek mucho tiempo. Después hablamos de la pedorrera que nos iba a dar por el cacahuate.<br />
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Luego, en los días restantes, me fui a conocer más a fondo el centro de Veracruz, me quedé un día más porque me enteré que mi prima Diana iba a andar por allá, pero siempre no anduvo. Siempre comí en la calle, siempre fumé y leí en la calle. A Vicente le valió un carajo un cuento mío que le leí. Lo ayudé una noche a pintar de dorado el vestido de las monitas de los centros de mesa para los XV años de su sobrina. Otra noche o la misma, perseguí un sapo en su patio (el de Vicente, no el del sapo). Una tarde le hablé a mi mamá porque era su cumpleaños. Otra noche, creo que la segunda, yo estaba leyendo y echándome unas Indio en un bar en el zócalo que se llamaba o llama Revolución, ahí se me acercó una muchacha tzotzil a venderme pulseras y platiqué con ella como 20 segundos, pero en realidad me estaba tirando a loco porque se fue aliviada cuando le dije Colaval (gracias) y no me respondió Muyuc (no o nada, pero se entiende como De nada) ni ninguna otra cosa sino que solamente se fue y yo ahí me quedé con Regina, Indio y Faro hasta que llegó Vicente y nos fuimos a buscar a unos amigos suyos en la parte de Veracruz que ya no se llama Veracruz sino Boca de Río, pero no los encontramos y nos echamos un bote de tecate y me contó la leyenda de la Condesa de Malibrán, que hace muchos años ahí en el puerto conquistaba hombres y los encerraba en una mazmorra en su casa y los torturaba y hacía con ellos lo que quería. Eso de la condesa me recuerda que aquella mañana yo había ido al museo de la ciudad y me la pasé muy bien y muy entretenido varias horas, entonces era martes, ya me acordé.<br />
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En Veracruz sólo estuve tres días, entonces. El miércoles andaba yo cumpliendo casi una semana de haber salido de Torreón (sí, apenas, y ya van 11 cuartillas, lo sé, perdón) y fue el día más interesante de todo mi viaje juliano. Vicente salía muy temprano, de madrugada todavía, rumbo a Oaxaca con su familia (maldito, pero bueno, yo andaba en Veracruz) y me hizo el favor de dejarme en la parada de un camión que a esas horas me podía llevar al centro (5:30 a.m., más o menos). Me despedí infinitamente de él, bastante agradecido por el enorme favor y la enorme confianza de darme hospedaje apenas conociéndome (a esas alturas yo ya sabía que no tenía 30 y tantos, que tenía 50 y tantos) y me trepé al camión. No es por cursilear, pero el amanecer en el puerto, viendo hacia las Europas, no alcanzándole a uno la vista ni para cubrir una partecititita del Golfo de México, fue bastante, bastante memorable. Después de desayunar unos tacos de canasta y un capuchino del oxxo (lo siento, no había aún cafés abiertos a esas horas) me fui a la central de camiones económicos para tomar uno que me llevara a La Antigua y seguir el viaje. Durante toda esa mañana fue raro el momento en que me descolgué la mochilota.<br />
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Ah, momento, me falta contar algo importante en Veracruz, puerto, lo de las casonas abandonadas que se están derrumbando solas gracias al INAH. Si uno camina (uno yo o uno tú) por el centro de la ciudad de Veracruz, es bastante probable que, al apuntarle con la frente al cielo, uno se sorprenda con las casa erosionadas por el tiempo. Caminas asombrado entre las casonas de dos pisos que tienen árboles saliéndoles por las ventanas. Fácilmente por manzana habrá 3 o 4. Están en el completo abandono, la cal de las paredes se les cae a pedazos, algunas aún tienen retazos de balcones; ramas y plantas grandes salen por los orificios que antes fueron ventanas, el techo se les ha ido cayendo, al asomarse a algunas se puede ver la cantidad de vegetación que les ha crecido en los intestinos. ¿Cuál es aquí el problema con las casas abandonadas del centro de Veracruz? Mientras estaba yo sacándole fotos a una, en una calle que tiene una estatua tamaño real del músico cubano Benny Moré, un policía se me acerca y me dice que si hubiera venido hace algunos años las hubiera encontrado en mejor estado (medio obvio, porque dudo que estuvieran peor), me explicó que los dueños las han abandonado porque hace tiempo el Instituto Nacional de Antropología e Historia de Veracruz declaró a todas esas casas patrimonio de la ciudad y no deja que los dueños las toquen porque podrían dañar ese patrimonio; no los dejan reconstruirlas, no los dejan derrumbarlas, no los dejan resanarlas ni restaurarlas; prácticamente no los dejan que toquen las casas y éstas se están cayendo a pedazos. Vicente me dijo que ya ha habido algunos casos en los que gente con mala suerte se han llevado un buen golpe porque les cae un pedazo de balcón en la cabeza, y entonces comienza el juego de ping-pong entre los dueños y la gente del INAH para echarse la culpa. Por coincidencia ese mismo día pasé frente a las oficinas del instituto, ahí mismo en el centro de Veracruz, pero como ya pasaban de las 6 de la tarde, estaban cerradas. Malamente, no investigué más del asunto por tiempo, pero creo que aunque a la mayoría nos suene ajeno el problema, es serio. Le tocará a los porteños arreglar eso, cosa que me supongo ya están haciendo, espero, porque aunque es un deleite ver cómo la naturaleza reclama su territorio poco a poco (en casos como este y en La Casa de Cortez, en La Antigua, de la que en un ratito les platico) son un peligro más gracias a la burocracia de algunas de las honorables instituciones mexicanas.<br />
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1.6 La Antigua. Me bajé del camión, como me dijo Vicente, justo después de la caseta que tocaba y atravesé un arco de cemento que me dio la bienvenida a La Antigua, primer municipio de América (título que también se adjudica la ciudad de Veracruz). Después de caminar como un kilómetro comencé a entrar en el pueblo. La Antigua es famoso porque fue el segundo lugar donde estuvo la ciudad de Veracruz, de 1525 a 1600 (el primero es donde está ahora, se regresaron pues). De aquí lo impresionante son dos cosas, la Casa de Cortez y el ancho río Huitzilapan (o de los Colibríes) con su puente colgante que comunica a las dos partes del pueblo. Mi plan era pararme en el centro de la casa del tal Hernando y mentarle su madre desde las entrañas, y así lo hice, bueno, no exactamente, sólo toqué una de las paredes interiores y dije -pinches pendejos-, pero bajito, porque los que quería que me escucharan ya no tienen oídos, pero tal vez leen mi blog, así que aprovecho: Cortez y todos los hijos de la (carajo, ellos no son hijos de la chingada), bueno hijos de su puta madre, si me están leyendo, ¡vayan y chinguen a su madre! <br />
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Continúo… la casa no era lo que esperaba. Pueden ver las fotos, o pueden buscar imágenes de la casa, es impresionante. Ya no es una casa, en el sentido en el que nadie podría ya vivir en ella porque ni techo tiene. Sólo quedan las paredes de algunas habitaciones y en su mayoría están cubiertas de plantas y raíces de árboles. Hay árboles enteros creciendo al final de las paredes y cubriéndolas con sus raíces añejísimas, repito que es impresionante, es como si el árbol hubiera crecido en la pared intentando derrumbarla, intentando retomar lo propio, lo robado, lo violado. Algo también interesante de la casa (y en sí de muchas construcciones viejas en esa zona veracruzana), y esto va más para los arquitectos, es que, como no había en las cercanías mucha fuente de piedra, para construir utilizaban piedras de coral, que al desencalarse las paredes se ven como abanicos corrugados que quedaron incrustados en los muros de lo que resultó no ser la casa donde vivió doña Hernando, sino las oficinas administrativas de los conquistadores, algo así como Hacienda mezclada con el palacio federal de su tiempo. Afuera de la casa hay un cañón de barco del siglo XVI.<br />
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A unas dos cuadras de la casa, como 100 metros antes de llegar a la orilla del río Huitzilapan y su puente colgante, hay un árbol torcido de considerable tamaño. Un letrero ya viejo te cuenta cómo ahí los españoles le amarraban al cogote las sogas de sus galeones, porque hace menos de 500 años, el árbol estaba a orillas del río.<br />
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Ya rumbo a la salida, pasando con poca vergüenza frente a la tienda a la que por 5 pesos pude apestarle el baño (por si la señora Cortez no me prestaba amablemente el suyo), vi otras paredes viejas y lamosas en un terreno enorme. Fue la segunda vez que me topé con José Miguel Ramón Adaucto Fernández Félix, alias Guadalupe Victoria (la primera había sido en el museo de la ciudad en Xalapa, cuando vi su espada detrás de un cristal). La construcción tenía 300 años menos que la de Cortez, porque en su tiempo sirvió de caballerizas para las tropas insurgentes del Coronel Victoria. Interesante el edificio también, pero curiosamente a este la naturaleza no le reclamaba el espacio robado, ningún árbol se le había trepado por las paredes. Disculpen mi fantasiosidad, es sólo que…<br />
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1.7 Cempoala. Carajo, aquí me falla la memoria, me acuerdo que de La Antigua volví a la carretera y me trepé a un camión que me dejó en (ya, tuve que ir a buscar la libreta donde Vicente me dibujó los puntos en la carretera) Cardel, de ahí tenía que tomar otro camión para ir a Cempoala, zona arqueológica tolteca. En Cardel ya andaba yo medio cansado del cabello sudado en la nuca (desde La Antigua andaba yo buscando una peluquería, antes de comprarme un sombrero) y cuando vi una estética al lado de la parada del camión, no la dudé y me fui a sacar punta. <br />
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Media hora después me trepé a un camión que prometía llevarme a Cempoala. A los veinte minutos me bajé y caminé unas cuadras hasta la entrada de la zona arqueológica. Dejé encargada mi mochila en la caseta y me acerqué a un grupo de cuatro o cinco tipos de mi edad y una francesa que estaban escuchando a un guía. Pregunté si podía unírmeles, quesque vengo solo. Me dijeron que ellos traían su guía, mentira, por mínimo 20 pesos o lo que pudiera el guía me aceptó en el grupo de los turistas que ÉL traía. No me acuerdo del nombre del cuate, Carlos o Roberto, creo que Roberto. Después de unos 40 minutos de pláticas, explicaciones, experimentos de acústica y cuestionarios, me di cuenta que sólo saqué una foto y no sé por qué no quise sacar más. <br />
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De Cempoala me acuerdo de varias cosas, casi todas gracias al compromiso y conocimiento de Roberto, sí, creo que era Roberto. Primero, que, según narra el viejo e indignado Bernal Díaz del Castillo en el capítulo XLV (45) de su Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España, aquello era una ciudad con más de 70 pirámides cubiertas de oro y plata; Roberto explicó que españoles mensos, que no era oro ni plata sino nácar; como en aquella zona es difícil encontrar piedra grande y plana, las construcciones están hechas como base con piedras de río, que debido a la erosión son redondas, entonces se necesitaban no sólo piedras para construir las pirámides, sino también una mezcla parecida al cemento que rellenara los huecos entre las piedras; la mezcla se hacía principalmente con polvo de concha, igual que el recubrimiento que se les daba a las pirámides, y con el reflejo del sol pues, oh sorpresa, el nácar parecía oro y plata. Cempoala era una ciudad de 400 mil habitantes, vista por unos hombres medievales que no conocían ciudad más grande que la capital española (Madrid, con 5 mil habitantes en aquel tiempo). Advierto que escribo esto dos meses y 150 nuevos estudiantes después, así que la memoria puede fallarme con los números. Recuerdo también que ya que Roberto se despidió del grupo, corrí tras él para hacerle una pregunta medio íntima y alevosa. Había yo leído a esas alturas en el libro de Regina, que las zonas arqueológicas, más que al INAH y a otras instituciones, le deben su conservación a sus guardianes secretos. Es decir, que en cada zona arqueológica o lugar prehispánico sagrado, hay un heredero de la tradición, un habitante del pueblo que tiene el “puesto” de Guardián Secreto, que gracias a cada uno de ellos las zonas arqueológicas se han conservado y no han sido tan saqueadas. Roberto me dijo que sí, que era cierto, que él creía que el de Cempoala se llamaba Don Chano, un anciano que vivía a unas casas de la entrada de la zona. Hablamos también sobre la prostitución con las que el INAH, el gobierno y los turistas tratan a las zonas. Minutos atrás, Roberto había regañado a un extranjero de unos 50 años porque el cabrón estaba subiendo la escalinata de una de las pirámides principales, a pesar del claro letrerito que prohíbe los pies sobre los escalones, y sobre eso hablamos; sobre cómo se prostituyen las zonas arqueológicas, sobre cómo se legalizan las formas de violarlas. Lo planteo así, para usted que está leyendo y tal vez es católico: ¿qué tal si en unos 300 años la iglesia que usted más visita y respeta es abierta al público como un museo (ya muchísimas iglesias lo son) y la gente camina por los pasillos, las bancas, se suben a la mesa del altar, meten la cabeza en el casillero de las hostias, se pasean campantes y masticando chicle por la sacristía y las habitaciones con cenizas; es lo mismo. Algunas pirámides eran (eran) templos o monumentos sagrados a los que sólo podían subir emperadores y desarrollados espirituales. Podemos ser ateos, politeístas, religiosos fervientes o moderados, guadalupanos, panistas, yunkistas, etc, pero si no empezamos por respetar y tolerar el derecho del otro a creer en lo que se le dé la gana mientras no dañe a los demás, nos vamos a seguir yendo al carajo. Se lo digo a todos los que se van a poner hasta su madre el 21 de marzo en Teotihuacán, o a los que se pasan las líneas y cuerdas si no los están viendo, se los digo a todos los que entran a una zona arqueológica y se creen los dueños, se trepan, se bajan, se toman fotos, tiran la colilla y el chicle, a todos los que venden esos espacios, a todos los que cobran entradas innecesarias, a los que taladran la pirámide de la luna para ponerle iluminación. Carajo, si seguimos trepándonos así a la pirámide del sol, como hormigas, si seguimos violando las creencias de los demás, va a llegar el punto en el que en vez de tolerar esas creencias, debamos tolerar que los demás vengan y orinen sobre las nuestras. Una cosa es comer vaca porque no soy hindú y no la creo sagrada, y otra irme a trepar a los templos de los demás. Podría decirme aquí algún extremista conocedor que entonces yo, que soy del populacho medio asalariado, no debiera tampoco fumar tabaco, beber mezcal, ni escribir poesía, y entonces tendría yo que mencionarle otra vez mi ejemplo de la vaca hindú. Y bueno, más o menos eso estuve hablando con Roberto.<br />
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Otra cosa que recuerdo de Cempoala es a un niño muy cachetón y simpático de unos diez años que me dijo que tenía muchas ganas de viajar, pero que no tenía dinero ni tiempo, que no conocía siquiera El Tajín y que tenía muchas ganas, que ojalá algún día pudiera ir. El niño (de éste sí que no recuerdo el nombre) me acompañó en el recorrido por la tienda de recuerdos porque, creo, ahí trabajaba, creo porque lo último que intentaba hacer era convencerme de comprar algo; decía, mientras veía los precios de las estatuitas: apoco tanto por un monito, si estos yo los sé hacer y están bien chafas. Me dijo también que no le gustaban los alebrijes porque no los entendía, que no entendía para qué servían.<br />
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En Cempoala comí en una fonda, saludando de lejos a Roberto y una mujer mayor que comían en otra mesa. Compré en una tienda algo de fruta, pan, agua y chucherías porque era el último lugar donde podría hacerlo antes de irme a acampar a la playa virgen donde me salvé de que me descuartizaran. En el recorrido seguía Quiauiztlán, un cementerio totonaca. Roberto me dijo que si no traía carro, le dijera al del autobús que me bajara en el Cerro de los Metates y que agarrara aire porque iba a tener que subir por un camino de 3 kilómetros antes de llegar al cementerio. Por cierto, Cempoala significa “veinte aguas”, fue la primera ciudad grande visitada por Cortez y sus tropas, y era ciudad totonaca, no tolteca, disculpen mi error.<br />
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1.8 Quiauiztlán. Y Quiauiztlán significa “lugar de la lluvia”, y pues ni modo, a subirle, con un solazo. En la entrada hay dos anuncios grandes que citan párrafos de la Verdadera Historia de la Conquista. Me acuerdo que en ellos narra Bernal Díaz cómo los recibieron los totonacas mientras ellos subían el cerro. Y, repito, pues ni modo, a subirle, con mochilota, sombrero, pelo medio corto y víveres. No cambio esa caminata a las 3 de la tarde por nada (bueno, sí, claro, por muchas cosas cambiaría la experiencia y el recuerdo de ella, pero hay que ser dramáticos y heroicos, déjenme prendo otro Faro). El paisaje, sobre todo, nunca había visto un mar tan azul (porque como buen torreonense le soy fiel al mar gris de Mazatlán). Conforme iba subiendo la carretera se veía mejor todo; el ruido de los tráilers que pasaban chiquitos allá en la autopista, el lago grande que se iba dibujando abajo, los zumbidos de insectos para mí extraños, incluido un grillo de diez centímetros verde-amarillo con alas rojas que me dio la bienvenida (o la advertencia) parándoseme sobre el morral por cuatro segundos, los carros eventuales que descendían (dentro de un BMW reconocí a los tipos y la francesa de Cempoala -La francesa está triste. ¿Qué tendrá la francesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa-). Todo, esa subida estuvo muy, muy chingona, cansada, pero chingona, aunque fuera yo un trapo empapado de sudor que arrastraba las botas y fumaba. Mi credencial de estudiante me salvó (otra vez) de tener que pagar el alto costo de 30 pesos por entrar a la zona (repito aquí una pregunta que le hice a Vicente en la cascada de El Salto de Eyipantla, ¿en qué momento y por qué el gobierno se vuelve dueño de las reservas naturales y arqueológicas, y se siente con el derecho de cobrarte tanto por entrar a ellas, cuando los costos de mantenimiento se podrías costear con entradas más baratas? ¿Son negocio? ¿Por qué hacen negocio con lo que es de todos?) Dejé la mochila por ahí y me puse a recorrer el lugar. Al principio me pareció una estafa, me daba coraje haber subido tanto para ver solamente un conjunto de casitas para perros prehispánicos. Por alguna razón, reaccioné desde mi frustración y recordé que era un cementerio, no me acordaba, y entonces mi percepción del lugar cambió bastante, no estaba yo tocando casitas miniaturas, sino tumbas, era una ciudad-cementerio, o al menos sólo eso quedaba de ella. Le seguí explorando, me metí entre dos pirámides que no me doblaban la estatura y ¡carajo! La mejor vista que he tenido en toda mi vida. Es impresionante ver el mar azulísimo al pie del genial cerro de los metates, que parece tres navajas de piedra cortando el cielo, que parece una aleta de tiburón mocha, que parece un enorme cuchillo expulsado del subsuelo con zopilotes pequeñísimos cuidándole la coronilla. ¿Qué hubiera dicho Rubén Darío de aquella vista? ¿Qué hubiera escrito, ahí, viendo el mar azul entre dos tumbas totonacas?<br />
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Ya eran las cinco de la tarde, iban a cerrar y yo tenía que bajar los tres kilómetros para irme a Playa Muñecos. En el descenso, pasaron tres carros que ignoraron mi pulgar, se me quedaron viendo dos vacas y un toro, como sólo ellos saben hacerlo, pero me impresionaron más otras dos vacas a la mañana siguiente, así que luego indago en esto.<br />
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1.9 Playa Muñecos. El chofer de un taxi colectivo me cobró sólo diez pesos por dejarme en la entrada de Playa Muñecos, que según Vicente se llama así porque tiene unas piedras que parecen tótems. La única pista de que ahí debía bajarme era un letrerito blanco con letras negras que anunciaba el lugar. Tuve que caminar unos 20 minutos por un camino de tierra y lodo, entre árboles y dos cercas de madera y alambre de púas. No recuerdo qué iba yo cantando, pero algo llegué a cantar. Al final del camino se abrió el mar, por fin estaba yo en una playa virgen (virgen la playa, no yo). Tuve que patear algunos botes y demás basura a mi paso, pero fuera de eso la playita estaba bien, también era muy buena vista, aunque pensé que no era tan virgen la playa porque vi dos o tres envolturas de condones. La arena comenzaba después de un mini-barranco, no era una playa totalmente plana, había mucha vegetación y muchas piedras, oriné detrás de una.<br />
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Como de costumbre me fui a explorar para encontrarle otras caras al lugar, pero el asunto no pasó a mayores. Aunque sí pude meterme entre las piedras y darle una buena explorada a las cercanías, en sí lo más interesante lo vi desde que llegué. Me senté en el barranquito a fumar y a ver la playa y luego busqué el mejor lugar para poner el eslipin. Intenté hacer una fogata; me puse a juntar piedras y reciclé algunas de una fogata que alguien había hecho el día anterior o hacía semanas, junté palitos y ramitas y los apilé muy bonito en forma de casita apache. Por ahí de las ocho de la noche empezó a oscurecer, como era de esperarse, así que quise ir prendiendo la fogata. Ya había cortado y lavado muy bien una lata de cerveza que encontré tirada, ya le había puesto también un palito para poder quitarla del fuego ya que estuviera listo mi café. Ya estaba todo preparado, todo menos el maldito encendedor que en la semioscuridad nunca encontré. Malditos cuatro cerillos al fondo de la mochila, maldita linterna que no llevaba, maldita fogata que duró 15 minutos a duras penas, maldito Muerte sin fin de Gorostiza que se despastó por usarlo para avivar el fuego, y maldita la criatura que a la mañana siguiente se había comido media barra de pan y algunas manzanas. Me rendí, pues, con la fogata y me metí al eslipin. Cuando dormí, lo hice de cara al mar y con la mano derecha en el mango de la navaja que había enterrado a mi lado, por si algún lobo feroz o un pie grande veracruzano me atacaba. Las nubes, los truenos y algunas gotas de agua estuvieron jugando conmigo toda la noche, pero a pesar de que varios días llovió, ése la lluvia me tuvo piedad. Soñé algo muy extraño que no les cuento, y cuando amaneció fue un alivio. <br />
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Una nueva amiga torreonense y un amigo de ella me iban a encontrar muy temprano esa mañana ahí en Playa Muñecos, pero no alcanzaron. En la espera me tiré en el eslipin con Regina a leerle los muslos por una o dos horas. Como a eso de las 10 de la mañana escribí un mensaje en la arena que se podía leer desde el barranquito, decía algo así como: Lo siento, tuve que seguir, que disfruten de esto. Me colgué la mochilota después de enrollar y organizar todos mis tiliches y comencé a recorrer el camino de regreso a la carretera.<br />
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Algo extraño tienen las vacas. Tienen una paciencia enorme con la que te pueden mirar y seguir mirando hasta que te les pierdas. Si alguno de ustedes alguna vez ha pasado caminando junto a una sabe de qué hablo. No mueven nada del cuerpo, sólo te apuntan con la mirada permanente, como si te juzgaran, quitadas de la pena, como si supieran que te gusta comértelas, como si supieran que en el fondo son más inteligentes que tú, como si hubieran leído a Sartre y nos supieran estúpidos por creer que somos libres.<br />
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No pasó un camión por un buen rato, una media hora, así que tuve que empezar a pedir rait, a ver si esta vez sí funcionaba el pulgar que yo ya creía descompuesto. Por fin un señor en una camioneta roja me hizo el favor. Eché la mochila en la caja y me trepé al asiento del copiloto. Me iba a dejar en el pueblo más cercano, Palma Sola, a donde él iba, que quedaba a unos 10 minutos; ahí iba yo a poder tomar un autobús hasta Papantla para después ir a El Tajín. El señor me preguntó que si no me dio miedo quedarme solo a dormir en Playa Muñecos, le dije que algo, pero que me aguanté, y me dijo quesque ahí han ido a tirar varios cuerpos los Zetas o a ajusticiarse a tipos que ya después fueron cuerpos. Buen karma, supongo. <br />
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Mientras esperaba el camión en Palma Sola, me compré una torta de pollo y una bolsa de agua de coco. Durante las tres horas del recorrido me reí por dentro de lo incómodos que se ponían algunos con mi olor, ni modo; aunque me había bañado en el mar la tarde anterior (para ver si las blancas olas mi carita podían blanquear) seguía conservando el olorcillo rancio del buen mochilero. Un señor medio formalón que se me sentó al lado no dejaba de bufar incómodo y en cuanto se desocupó un lugar adelante, se cambió. Por fin se sentó un señor más viejo, campesino, con el que platiqué y nos aguantamos los olores del sudor añejo más a gusto (claro, no se comparaba mi sudor con el suyo, el mío daba risa, el de él era en verdad de trabajo y cansancio).<br />
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1.10 El Tajín. Llegando a Papantla, agarré otro camión directo a El Tajín. Aquí no hay mucho qué contar. Como los servicios del guía costaban demasiado para una sola persona y no pude juntar un grupito para dividir los costos, hice el recorrido solo. El guía, que, a diferencia de Roberto, era empleado del INAH, no me quiso hacer ni un mínimo descuento y tuve que explorar la zona conformándome con la pobreza de los letreros y con un folleto ilustrado que compré por 20 pesos en un puesto. El Tajín también es bastante interesante, con sus canchas de juego de pelota y su Pirámide de los Nichos, con su manta larga en la entrada que decía que los trabajadores del INAH protestaban contra los eventos en las zonas arqueológicas y el daño que éstos les causan, ya lo comenté antes, no pueden tener más razón.<br />
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Algo que creo enriquece mucho la apreciación de las zonas arqueológicas es saber cómo se veían los monumentos y templos antes de ser cubiertos por la naturaleza y descubiertos por los arqueólogos extranjeros. Por ejemplo, esa pirámide, la de los nichos, ahora es color ocre, color pirámide pues, y antes era roja con negro, con una estatuilla dorada (si mal no recuerdo) en cada uno de sus 365 nichos originales.<br />
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Me anduve paseando por El Tajín hasta las 5p.m., porque cerraban, igual que en Quiauiztlán el día anterior. A la salida compré dos vestidos bordados por encargo de una amiga embarazada y me regresé a Papantla para irme a Poza Rica y después a la ciudad de México. Por cálculo en los tiempos preferí salir en la madrugada de Poza Rica y llegar temprano al D.F., así que renté por cincuenta pesos un cuarto en un hostal junto a la central camionera, fui a un café internet un rato y me eché varios tacos y un refresco de sangría medio tibio en una esquina (ahí ahora le llamaban viagra a unas cebollitas asadas). Me dormí un rato en una cama de dudosa higiene y ese viernes a las 4:15 a.m. salí rumbo al D.F., ya bañado, con 9 días de paseo dentro de la mochila, un libro de 534 páginas que ya casi terminaba y nada de mi reserva de Faros.<br />
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2. México D.F.<br />
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Aquí no habrá más subtemas. La estancia en el D.F. se puede resumir en conjunto, así me hubiera quedado cinco años. En el D.F. uno se vuelve una hormiga con delirios de grandeza, sobre todo si eres turista; uno se vuelve parte de la masa, pero siente que va brillando porque en ninguna de las otras hormigas hay una interioridad igual de perceptible que la propia, se pierde uno y entiende a Sabines porque se quisiera caminar con un rayo saliéndole de las orejas, para que la gente voltee a ver y piense que ahí va un poeta, un peatón poeta, aunque luego se queden defraudados cuando quiere uno escribir pero le sale espuma.<br />
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(Quede en el párrafo anterior resumido todo lo siguiente: Tlatelolco, la piel de gallina, los lucky strike, las tres o cuatro visitas a Coyoacán, el apretón de manos a Damián Alcázar, el café de olla, mi amiga francesa Julié y sus compañeras de departamento, la voladora Raquel Mijares, el hostal El Cenote Azul, el escritor español Gonzalo Suárez, la calle Donceles, mi entrañable amigo Gerardo Ibarra y su propia enorme historia, el zócalo, todas las estaciones del metro, Saramago y Monsiváis muertos, Teotihuacán otra vez, el disco de acetato autografiado con boleros de Amparo Ochoa, los tacos de cabeza de res, las Indio solo en el cuarto del hostal, otro paquete de Faros, la marcha del silencio, los huelguistas de Luz y Fuerza, los amigos a los que no visité, todos los viejos libros nuevos, la lluvia, Copilco, el Pedregal, lo mal que le quedé a mi amigo Roger Espadas, el hostal Mundo Joven, el café La Habana, la changa Días Ordaz, la falta de pulquerías, el cumpleaños en la Condesa de mi amiga salmantina Ana Laura, el tatuaje que otra vez no me hice, el capítulo 7 de Rayuela, el hartazgo, las ganas, los hálitos de amor, otra vez Coyoacán, más libros sesetayocheros, el escritor apestado Carlos Flores Vargas vendiéndome su libro, los encabezados escupiéndome una matanza en una quinta de Torreón, el abrazo de palabras de Alfredo “El Bíceps” Álvarez, la obra de los Bichir a la que no fui, Regina despastada, la muchacha leyéndole Sabines a su hermana, otro muñeco de Popeye, la recreación de los lugares y momentos de mi visita hacía dos años y dos meses y los de la visita en diciembre, las esdrújulas en una pared, los temores de Gerardo en el aire, los sonsonetes de las cajas de música sin changuito, el payaso casi arrestado, la tranquilidad de caminar de noche sin miedo a las balaceras, el cuate portugués que me dio té de tomillo, las tortas de adobada sin jalapeño pero con chipotle, la central del norte, lo lejos que vivía Roger, mi mamá esperándome en Sinaloa, más lluvias, los mensajes de Vicente, los 20 mil pasos diarios que marcaba mi celular, los cigarros para el chofer del microbús y su copiloto, los estudiantes de Juárez tocando Macondo, la nueva amiga estadounidense que vibró frente a la pirámide de la luna, los caza-comensales en Teotihuacán, la señora policía que manoseo el cuerpecito de Gerardo, las fotos de los muertos en el libro de Poniatowska, las disculpas, las promesas, los ríos de gente en La Raza, las sobredosis de tabaco, la necedad de seguir caminando, los baños cagados de la Ciudadela, los baños limpios del bazar artesanal de Coyoacán, las mariposas para Paty, las pocas fotos, el ya poco dinero, el metro vacío, la media luz, los libros piratas, los dolores de muela para principiantes, la desesperación de la soledad resignada, las playeras de Don Ramón, el fuego, el ruido de los cláxones, los charcos, las casas enormes, las casas jodidas, las noches difuminadas, la espuma de la pluma verde, Temporada de Patos, los sentimientos de autosuficiencia por andar viajando solo, el malestar estomacal, las idas al cajero, las ideas volátiles, los pulmones y pies cansados, la podredumbre de la maldita necesidad de que en verdad me saliera un rayo por las orejas.)<br />
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En el D.F., siendo turista, la vida se te convierte en un revoltijo agridulce, amargo y acanelado por el café, podrido por la fugacidad de todo lo abstracto de este país y su bizarrismo mágico, e indescriptible por la interminable sensación de estar en la única ciudad que parece un resumen del mundo.<br />
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3. Sinaloa (Costa Rica)<br />
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Los lichis, los mangos, los cayos de hacha, los cuéntame cómo te fue y el terrible miedo de ya no volver a ver a los abuelos. Lo demás me lo guardo.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-75376698577475107802010-08-10T21:30:00.000-07:002010-08-10T21:34:06.669-07:00Sólo sé tejer pelucas.De entre las sábanas renacía tu cabello,<br />
por más que las lavaba o las cambiaba<br />
me seguía encontrando tus hebras<br />
intentando ahorcarme el sueño.<br />
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Hoy me di cuenta del problema,<br />
no eran las sábanas,<br />
tus cabellos muertos me salían de las orejas<br />
de los labios, de entre los dedos.<br />
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No me pidas que lo explique<br />
yo sólo sé tejer pelucas<br />
con tu recuerdoUnknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-85664702188935403902010-06-19T09:11:00.000-07:002010-06-19T09:11:38.216-07:00Aquí, lo que en verdad dueleAquí, lo que en verdad duele<br />
es el eco de las sillas vacías<br />
son las páginas blancas<br />
de los diarios dormidos<br />
son las copas limpias<br />
las tazas sin berretes de saliva<br />
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duele el reclamo de los trenes huecos<br />
la parsimonia de la cama destendida<br />
y la consciencia estéril<br />
de todos los malditos ceniceros<br />
<br />
duele ser esta marioneta sin hilos<br />
de piernas y manos rotas<br />
de alfileres en el craneo y las rodillas<br />
de lápices ebrios con ceguera<br />
y guitarra con delirio de ataud<br />
<br />
duelen las palabras secas<br />
las comisuras de madera inchada<br />
duelen los pasos encharcados<br />
y la podredumbre detrás de la puerta<br />
<br />
aquí, lo que en verdad duele<br />
es haber vuelto a fumar en las mañanasUnknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-8358987453444011152010-05-19T23:25:00.000-07:002010-05-19T23:25:03.035-07:00ColumpioDel vestido que llevabas aquel día<br />
quedaron dos retazos en la escalera,<br />
un listón aferrado a la puerta<br />
y dos flores bordadas que cayeron en medio del jardín.<br />
<br />
Curiosamente,<br />
los retazos cubrieron como alfombra los escalones<br />
el listón fue una serpiente que resguarda la entrada de mi casa<br />
y de las dos flores germinó un árbol de tela<br />
en el que hoy se columpia tu recuerdo.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-73249778761950080552010-04-25T17:59:00.000-07:002010-04-25T17:59:21.654-07:00A una amorosa de brazos tercosHoy el mundo ha perdido una mujer<br />
de constelaciones en la espalda y pies precisos<br />
una mujer que con las yemas te abría la piel<br />
y se aferraba a tus entrañas<br />
y se te enredana en los huesos<br />
y te usaba de refugio contra el tiempo<br />
<br />
hoy el mundo y yo hemos perdido una mujer<br />
de vértigo en los dientes, de nariz diminuta<br />
de ideas como granizo en el desierto<br />
una amorosa de brazos tercos<br />
<br />
hoy yo he perdido una mujer<br />
a la que pude tocarle los pies<br />
y unirle los lunares con palabras<br />
<br />
era una mujer verde, azul<br />
con mil colores en la lengua<br />
era, porque ya no es<br />
era, porque se vistió de blanco.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-87278267683620462032010-04-07T22:24:00.000-07:002010-04-07T22:36:45.859-07:00Todos tus cabellos secosAnoche volví a extrañarte, pero hice una mueca y seguí como si nada, como si no te sintiera siendo un hueco sin fondo en la suela de mi bota, como si no me estuviera pudriendo por no quemar toda mi poesía y aquellos cuentos que sólo escribí para que desayunaras. Anoche volví a arrancarme del olvido las costras verdes del ácido cardiaco que me hace buscarte en otras mujeres.<br />
<br />
Pero eso fue anoche. Hoy todos tus cabellos secos que aún se arrastran como polvo por los rincones suicidas de mi casa, se van descuartizando para dejarse barrer cansados por haber estado muertos tanto tiempo en un lugar tan calcinado como éste, del que saben son ajenos y en donde nunca podré escribirles ningún epitafio decente.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-45329241489895411412010-03-16T00:25:00.000-07:002010-03-16T00:29:26.687-07:00El misterioso caso del garrafón que se vació de la noche a la mañanaSí, pasó hace semanas y todavía me anda dando vueltas por la glandulita en donde debe de producirse la noción de la lógica. Aprovechando el vehículo de una buena amiga, extendí mi brazo derecho hacia el suelo, incliné un poco el tórax y le agarré el pescuezo al garrafón de electropura vacío para ya por fin ir al oxxo e ingratamente cambiarlo por uno lleno (no me había dado cuenta que mucho más cerca había una tienda donde también vendían garrafones). Y pues que lo cambio, nos trepamos otra vez al carro y de regreso al depa por un buen cafecito michoacano y unos entrañables faros. Llegué como cavernícola con el venado cazado, lo bajé de mi hombro y lo dejé en el piso de la cocina por continuar con la tertulia. El sábado tempranito (11:00 a.m.) antes de irme al taller de literatura de Saúl Rosales, limpio cautelosamente el garrafón, le quito la tapa, el sello, y lo levanto como si fuera una momia y yo blue demon para ponerlo de cabeza sobre un armatoste feo y amarillo que me ayuda a servirme agua más fácil. Me habré tomado un vaso o dos y estuve fuera del depa por más de 12 horas. Antes de dormirme, me vuelvo a tomar uno o dos vasos, todo tranquilo. Y entonces ocurrió, el perverso suceso que aún no comprendo y que ruego alguien me explique: el domingo en la mañana el garrafón estaba completamente vacío, los 19 litros que le quedaban se habían escapado durante la noche. Anti-pistas: la casa estaba cerrada con llave y la única copia estaba adentro, conmigo, no había ninguna gota de agua derramada, ni la había habido porque al lado del armatoste porta-garrafón tenía una cartera de 30 huevos que no tenía ninguna señal de haberse mojado y sobre la superficie de la cocina aún te ensuciaba la yema del índice la tierrita lagunera de tolvaneras recientes, igual en el piso. La única respuesta sería masomenos que se hubiera evaporado, ya siendo más surrealistas, pero no me convence mucho. <br />
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Resumiendo: desaparecieron 19 litros de agua de un garrafón de la noche a la mañana; ni se tiraron, ni alguien lo vació. <br />
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Ojalá tantas cosas fueran esos 19 litros de agua... que se fueran así de fácil, pero sin tantas preguntas.Unknownnoreply@blogger.com29tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-75011794501509189272010-01-05T10:05:00.000-08:002010-01-05T10:30:02.515-08:00Muchos olotes<p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:georgia;">Sobre este viaje no sé qué decir en concreto. Fue más fácil (aunque mucho más tardado) saber qué decir sobre la estancia en la Tarahumara en semana santa. No sé si fue que no dejé fermentar tanto la experiencia como lo hice con la ida a Chihuahua, no me regresé a mi casa a meditar ni tuve muchas otras circunstancias que rodearon aquella otra vivencia. A ésta le siguieron más viajes, fiestas, amigos, familia y ahora sí conté detalles a quien me los preguntaba o no. No sé si sea la valoración de una primera y única experiencia antepuesta a la expectativa de la segunda, siempre expuesta a la comparación. Puedo al menos decir bajo esta mala costumbre de andar comparando experiencias, que Chiapas fue muy, muy diferente (comenzando por esta persona que iba, que tuvo un año con bastantes cambios de planes y planos). Diferente en todo, no sé si mejor o peor, quedan bastante ridículas aquí esas palabras. Conocí personas muy interesantes, re-conocí y desconocí a otras tantas; y los lugares ni para qué describirlos, ahí están las fotos. Nunca había visto las nubes bajo mis zapatos sin ir en un avión, nunca había usado por tanto tiempo un machete, nunca me había importado un carajo tantas cosas e importado con tanto ahínco otras con las que sinceramente mi vida seguiría siendo igual se arreglaran o no. </span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:georgia;">La primera noche que pasamos en la casa de Lorenzo, el hombre que en la comunidad nos dio techo y un cuarto que ocupaba más de la mitad de su casa, me desperté con el ruido de alguien llorando, llorando en serio, con un dolor viejo y cansado que de seguro no era físico, o tal vez sí, el llanto agudo de un cuerpo que de tanto trabajar y sufrir ya llora solo sin que el dueño le dé permiso. No sé si Lorenzo lloraba por el recuerdo de su mujer, por su pobreza material, por dolores en los huesos o por el coraje de sus 45 mártires que al parecer nadie mató; sólo sé que en la mañana sin yo decirle nada, Lorenzo de alguna forma me leyó en la cara que lo había escuchado y sólo me dijo con voz de niño que lleva muchísimo tiempo llorando: Estoy cansado. No investigué más, no supe de qué iban cargados los lamentos en Tzotzil que las hijas de Lorenzo le intentaban hacer menos dolorosos a media madrugada, no supe pero espero llegar a comprenderlo. </span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:georgia;">La última noche pasé casi una hora jugando con Sergio (5 o 6 años) a hacer figuras con olotes sobre la tierra y también a rodar de ida y venida un olote de dos que yo tenía en mis manos a dos que él tenía en las suyas (como una H a la que el puente de en medio le rueda de un extremo a otro). Todo lo vivido y lo que puedo contar sobre mis días en Cruzton, Chenalho, Chiapas, queda entre estas dos cosas, y va y viene de una a otra como el trozo de olote de mis manos a las de Sergio. Tal vez Lorenzo llegó a jugar con los restos de un maíz cuando era niño, tal vez Sergio va a tener la misma tristeza cansada a los 50. Y es muy probable, que uno con la vejez y otro con la madurez, me olviden.</span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:georgia;">Es curioso cómo vamos a una comunidad y después en las juntas de resumen decimos: falta cemento, falta higiene, falta una mejor nutrición, faltan casas limpias y decentes, faltan sonrisas de dientes sanos, falta una secundaria, faltan zapatos. Lorenzo y Sergio bien podrían ir a cualquiera de nuestras colonias y culturas modernas y decirnos: sobra cemento, sobran zapatos, sobra nutrición, faltan corazones limpios y decentes, faltan sonrisas verdaderas, falta gente que considere hermano a toda persona; pero estoy seguro que dirían sobre todo que sobran armas, nintendos, teles, teibols, bares, casinos, ipods, cafecitos… y que faltan muchos, pero muchos olotes. </span></p><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:georgia;">Cómo quisiera hablar Tzotzil y no estar escribiendo esto en español, para que los que en verdad deben leerlo pudieran entenderlo.</span></p><span style="font-family:georgia;">Batcuum yamikotic.<br /></span><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;"></span></p><br /><p style="TEXT-ALIGN: justify; MARGIN: 0cm 0cm 10pt" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;"><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 260px; DISPLAY: block; HEIGHT: 339px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5423321094729899826" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/S0OBzTpCHzI/AAAAAAAAAMs/yPLBbb4vltI/s320/100_2546.JPG" /><img style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 341px; DISPLAY: block; HEIGHT: 257px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5423322999380307234" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/S0ODiLBE7SI/AAAAAAAAAM0/2a47mDgqSyQ/s320/100_2461.JPG" /></span></p>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-80845332369559948972009-11-08T19:56:00.000-08:002009-11-08T20:00:47.893-08:00FatalidadHoy<br />decidí desgarrarme<br />por esta casa que ruge<br />para buscar y exterminar<br />todo lo que a ti me recordara<br /><br />curiosamente,<br />no encontré nada.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-68727182504933244502009-07-19T22:42:00.000-07:002009-07-20T01:42:26.506-07:00Inventario de algunas cosas que tengo en la cabeza.<div align="justify">Voy a desempolvar estos brazos, que ya ni tan tercos son porque se mueven muy de vez en cuando, creo que muy en el fondo esto se debe a la desolación incurable que me causa que los jueves de fichas estén necesitando primeros auxilios. Pero bueno, prometo con la mano sobre los Poemas de Otros devolverle a estos brazos su terquedad lo antes posible. </div><br /><div align="justify">Hay por ahí flotando en este como nivel alternativo del mundo que se llama internet (y que nunca voy a comprender hasta que alguien me explique dónde exactamente flota todo mientras nadie accede a ello. Es lo mismo que la pregunta esa trillada del triste árbol que se cae y nadie ni nada está ahí para escucharlo, no hay un órgano o aparato receptor de esas ondas, por lo cuál no tienen manera de convertirse en ruido. ¿Entonces lo que publico en este blog anda por ahí hecho partículas u ondas hasta que alguien por descuido entra a leerlo?) Decía... hay por ahí un blog que leo seguido y al que ya he hecho referencia alguna vez: <a href="http://estabocamia.blogspot.com/">Esta boca es mía</a>. Entre la enorme diversidad de cosas magníficas que puedes encontrar en lo que publica ahí la multifacética dueña, a veces hay recopilaciones de canciones que rara vez reconozco. De ahí me surgió la idea (y a lo que voy ya por fin) de hacer mi propio baúl, pero no de canciones solamente. Aquí voy a antalogarles varias artes que me han influenciado o desinfluenciado de otras, o a fin de cuentas sólo han sido cosas que recuerdo porque a algo o alguien me recuerdan, o tuve contacto con ellas en algún momento en el que iba con alguna emoción exaltada. Ya después haré alguna que otra recopilación como se debe (los mejores cuentos, o poemas, o canciones, o etc, etc). Por ahora, como digo, esta es la desempolvada medio digna de los brazos tercos. Disfruten, no intenten comprender, sólo disfruten.</div><br /><br /><strong>Inventario de algunas cosas que tengo en la cabeza:</strong><br /><br /><br />1.- Benedetti, para empezar. <a href="http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_video.php&wid=142&t=No%20te%20salves&p=Mario%20Benedetti&o=Dar%C3%ADo%20Grandinetti">No te salves</a>, leído en El lado oscuro del corazón.<br /><br /><br />2.- Joaquín Sabina - <a href="http://www.youtube.com/watch?v=bEGPlaYvJy8">Y sin embargo</a><br /><br />3.- Waking life, película de Richard Linklater.<br /><br /><p align="left">4.- Cien años de soledad.</p>5.- Dos pinturas de René Magritte: Los amantes y Nostalgia.<br /><br /><a href="http://enlavalla.files.wordpress.com/2007/04/magritte-amantes.gif"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 414px; CURSOR: hand; HEIGHT: 301px" alt="" src="http://enlavalla.files.wordpress.com/2007/04/magritte-amantes.gif" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><a href="http://3.bp.blogspot.com/_PaSVUnVfNbQ/RiqVwhaoFYI/AAAAAAAAABc/G73keJtaQjY/s400/Homesickness.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 305px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_PaSVUnVfNbQ/RiqVwhaoFYI/AAAAAAAAABc/G73keJtaQjY/s400/Homesickness.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />6.- El poema que le da nombre a este blog. <a href="http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_video.php&wid=24&t=No%20es%20nada%20de%20tu%20cuerpo&p=Jaime%20Sabines&o=Jaime%20Sabines">No es nada de tu cuerpo</a>, de Jaime Sabines.<br /><br /><p>7.- <a href="http://www.youtube.com/watch?v=_NTFy8GjFBk&feature=related">Rogelio</a>, muy buen cortometraje de Guillermo Arriaga.</p><p>8.- Atrapa Cuervos, pintura de Leonora Carrington.</p><br /><a href="http://2.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/SmQiNTLCnoI/AAAAAAAAAMY/4jXmT31p-Z8/s1600-h/DSC01113.JPG"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360447068357959298" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/SmQiNTLCnoI/AAAAAAAAAMY/4jXmT31p-Z8/s320/DSC01113.JPG" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><p></p><br /><br /><br /><br /><br /><br /><p></p><br /><br /><br /><br /><br /><br /><p></p><br />9.- Alejandro Filio - <a href="http://www.youtube.com/watch?v=H7ub9SskSh4">Mujer que camina</a><br /><br /><br />10.- Fernando Delgadillo - <a href="http://www.youtube.com/watch?v=_GTkRoHz0J0&feature=related">Entre pairos y derivas</a><br /><p>11.- Tintán y Rosina Pagã cantando <a href="http://www.youtube.com/watch?v=sWYKet3H1xA&feature=related"><em>Por que será</em> </a>en la película Calabacitas tiernas.</p><p>12.- <a href="http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/autopist.htm">La autopista del sur</a>, cuento de Julio Cortázar.</p><p>13.- Amarte duele, película de Fernando Zariñana.</p><p>14.- <a href="http://www.dosisdiarias.com/">En dosis diarias</a>, obra del monero chileno Alberto Montt.</p><a href="http://3.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/SmQmkVfzihI/AAAAAAAAAMg/-a6Ywlbc5jQ/s1600-h/Carpinteria-Montt08.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5360451862165424658" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 253px" alt="" src="http://3.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/SmQmkVfzihI/AAAAAAAAAMg/-a6Ywlbc5jQ/s320/Carpinteria-Montt08.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />15.- Para matar dos pájaros de un tiro: Enrique Bunbury - <a href="http://www.youtube.com/watch?v=HYZiHcevpxM">Aunque no sea conmigo</a><br /><br />16.- <a href="http://www.sifuesepoeta.com/11637--oliverio-girondo--no-se-me-importa-un-pito.html">No sé, me importa un pito</a>, poema de Oliverio Girondo.<br /><br /><br />17.- <a href="http://www.youtube.com/watch?v=cI_0Hyn57Lk">Stand by me</a>, interpretada desde varias partes de este mundito en la campaña Playing for a Change.<br /><br /><br />18.- <a href="http://alt.coxnewsweb.com/palmbeachpost/photos/accent/tj/trainjumping.html">Train Jumping</a>, reportaje multimedia sobre la mortal travesía de los migrantes centroamericanos.<br /><br /><br />19.- Saturno devorando a su hijo, una de las pinturas negras de Goya.<br /><br /><br /><br /><a href="http://blogs.grupojoly.com/larotonda/files/2008/11/250px-saturno_devorando_a_sus_hijos.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 250px; CURSOR: hand; HEIGHT: 460px" alt="" src="http://blogs.grupojoly.com/larotonda/files/2008/11/250px-saturno_devorando_a_sus_hijos.jpg" border="0" /></a><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />20.- <em>La rana que quería se runa rana auténtica</em>, un sabroso cuentito de Augusto Monterroso:<br /><br /><div align="justify"><span style="font-family:arial;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-family:arial;">Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.<br />Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.<br />Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.<br />Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.<br />Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.<br /></div></span><br />21.- <a href="http://www.zeitgeistmovie.com/">Zeitgeist.<br /></a>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-88963020530500286922009-05-26T21:42:00.000-07:002009-05-26T22:11:59.529-07:00Experiencia de un ateo en la sierra Tarahumara<div align="justify">Durante varias semanas después de haber regresado de Rosabichi, Chihuahua, no quise relatarle casi a nadie mi experiencia; simplemente sentía que las palabras no tendrían sentido porque no podrían explicar nada si no era de una forma superficial y calculadora; además, era mi experiencia y no quería irla reinventando al hablar y hablar más sobre ella; sabía que le agregaría y le quitaría detalles y al final terminaría contándole ya a las últimas personas una versión comercial y adaptada de aquella semana, donde las minuciosidades ya no estarían tan claras ni para mí ni para ellos. Dejé al recuerdo asentarse, absorberse, solidificarse justo donde estaba y la verdad fue de lo más gratificante no contarle nada a nadie. Me sentía de lo más honesto conmigo mismo y creo que eso me ayudó a seguir aprendiendo de la experiencia, cosa que muchas veces uno deja de hacer cuando empieza a relatar el recuerdo hasta el cansancio a los que se lo piden, sin saber que nos están pidiendo trasquilarlo y discriminar momentos igual de preciados al intentar relatarles sólo los mejores por cuestiones prácticas; aparte, uno termina hablando de lo que cree que a la persona le parecerá interesante y cae en el enorme error de proyectar la experiencia con historias sobre asuntos meramente anecdóticos y banales, como que el tesgüino sabía a esto o que un señor nos contó esto otro o que me rebané un dedo cortando leña y que en las noches hacía frío. Para qué abrir la boca antes de tiempo por no tener la valentía de decir esto es mío y no te lo cuento, me fue muy bien, deberías ir y punto. Hay que aceptar que las palabras tienen sus límites cuando quieres hablar de una obra de teatro y sólo puedes describir el telón. Pero en fin, ya asentada la experiencia, intentaré hablar un poco de qué pasó en el escenario.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"> </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Comenzó el aún-no-viaje con una de las mejores lecciones de paciencia que me han dado y desde ahí me di cuenta de la calidad de personas con las que iba. Que esperaran a mi hermano como si fuera el suyo propio; que cedieran dos horas y media de su tiempo cuarenta y tantas personas sólo para esperar a alguien que no sabían si merecía o no ser esperado. Una vez, llevando a mi familia a una misa en Casa Íñigo, le señalo a mi papá a Mayo dando vueltas por el altar antes de comenzar la ceremonia y le digo: ahí está el cuate que le tuvo más paciencia a tu hijo que tú y yo juntos. Esa fue mi primera lección, que alguien fuera más paciente y tolerante que yo con mi propio hermano. Después vino el camino, alguna película pirata y un buen concierto con motivos de sobra de Sabina. Ya en Creel, después de un menudo blanco grande, un café y algunos faros, me entero que la violencia del narco también llega hasta las más recónditas comunidades tarahumaras, y por causas de una fuerza mayor en lugar de irnos mi hermano, otra chava y yo a Xerocahui, los tres nos uniríamos a un grupo chilango de cuatro mujeres y un hombre que vivirían una semana en Rosabichi, un pueblo cercano que ya no era tan tarahumara. Esperamos a los cinco hasta medio día, a veces sentados sobre las mochilas, a veces riéndonos de todos los viajeros varados a los que el tren les pasó de corrido. Tuve incluso la oportunidad de reconocer al Pato Ávila, recordándolo de la portada de un disco que en su momento desdeñé y que ahora que me interesa saber lo el hombre tiene qué decir, ya no me lo quieren prestar. Él mismo nos llevó más tarde a Rosabichi. Viajamos en la caja de su camioneta por terracería cerca de veinte minutos. Lo que mejor recuerdo del camino es que le dije a mi hermano que tenía algo en la lengua, la sacó y se le llenó de tierra. Llegamos a una comunidad algo desolada atravesando arroyos a medio secar y caminos improvisados por la costumbre. Entramos en una enrejada escuelita verde y descargamos las mochilas y la despensa que habíamos comprado en Creel. En ese momento creo que nadie tenía idea, pero algo debimos haber sentido tal vez una calma desolada o un orgullo ansioso, porque el viaje comenzó en verdad cuando los ocho escuchamos alejarse el motor de la camioneta del padre Pato. </div><div align="justify"><br /></div><div align="justify">¿Qué fue lo realmente valioso de esa semana? Les puedo decir que la gente, les puedo decir que la experiencia en sí, les puedo decir que el lugar, que las caminatas, que los amigos, que las fogatas, que cocinar con leña, que el café combate, que jugar con los niños y tejer con los ancianos. Les podría incluso decir que todo, que todo fue lo valioso, pero ustedes que también vivieron en una comunidad tarahumara por una semana saben que no es cierto, que hay muchas cosas que disgustan, que como hay satisfacciones enormes hay molestias y rocas en los zapatos. Y saben también que por más que cuenten lo vivido jamás transmitirán todo; que por más que yo cuente lo vivido, si ustedes no son diego, priscila, meche, carla, prieto, fabiola o jorge, no podrán asimilar nada de lo que yo les cuente porque ni siquiera tienen la imagen verdadera del lugar donde estuve. Lo que sí puedo y quiero decirles es que aprendí que para ser más útil en futuros proyectos como este es necesario saber o tener una idea relativa de qué es lo que la gente de la comunidad necesita y lo que están esperando de ti; no debemos esperarnos a ya estar prendiendo el primer trozo de tronco en la estufa para averiguar qué es lo que vamos a hacer en esos días, porque puede que no lleves las herramientas necesarias o no estés listo para darles eso que ellos de ti buscan. Muchos de ustedes se habrán dado cuenta que toma más de tres minutos ganarse la confianza y el verdadero aprecio de la gente (fuera de formalidades y muestras educadas de recibimiento) y que para cuando el grupo apenas comienza a trabajar exitosamente con el pueblo y a ver resultados de tantas horas de acoplamiento, ya es el séptimo día y aquella camioneta que te llevó ha venido a recogerte. Eso es lo único que se puede llegar a planear, el itinerario y algunas supuestas actividades, porque de todo lo demás no tienes ni idea y precisamente por eso vas, a descubrirte en otras condiciones y tal vez a sentirte un poco más bueno. </div><div align="justify"><br /></div><div align="justify">Soy ateo. Participé lo menos posible durante la semana en la organización de los eventos que llevaban al viacrucis, aunque hice una corona de espinas, arreglé algunas estaciones, leí en el altar y pasé un muy buen tiempo de soledad y reflexión mientras estaba casi solo a media noche en la capilla con el santísimo. La verdad es que por el respeto enorme que le tengo a las creencias religiosas de los demás, preferí no entrar a misa varias veces y mejor tratar de convencer a un chavo de mi edad de que volviera a estudiar para cumplir su sueño de ser profesor de historia, o platicar con algún niño o compartir un cigarro con algún señor y resolverle sus dudas sobre cómo tejer los ojos de dios huicholes, que con tanto empeño habían intentado perfeccionar todos esos días. Me sentía más útil ahí que dentro de la capilla sólo agachando la cabeza por respeto mientras los demás se persignaban. A Rosabichi fui a aprenderles y a darles cosas en las que creo, tal como estoy seguro que lo hicieron carla, meche y fabiola acordándose de las canciones y cantando en misa junto con las niñas, o como lo hicieron jorge y prieto oficiando las ceremonias, o como priscila regalándoles escapularios, o como diego lavándoles los pies y ayudando a construir techos. </div><div align="justify"><br /></div><div align="justify">Entonces, ¿qué me llevé en verdad? ¿qué fue lo valioso? No encontré un dios porque no lo iba buscando, no regresé sintiéndome más bueno ni mejor samaritano, no regresé creyendo más en la gente ni apreciando más la cultura tarahumara. Me di cuenta que los misioneros necesitan mucho más a las comunidades que las comunidades a los misioneros. Y si en alguno puedo resumir mi experiencia, es en estas ganas infinitas de regresar y quedarme por bastante tiempo en un lugar donde la gente es muchísimo más pobre y feliz que yo. </div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-69242197307919986592009-05-22T16:22:00.000-07:002009-05-22T17:08:02.800-07:00Olor a muerto<div align="justify">Caritina rompió en llanto cuando entró a la cocina y sintió que el mundo otra vez estaba por oler a muerto. Calentó tres cucharadas de agua acanelada y se las untó en los ojos antes de que todo volviera a caer en el mismo espiral decadente en el que tenía décadas reincidiendo hasta el cansancio. Pateó como pudo los trozos de manzana ya café para poder encontrar el cedazo mugriento y secarse los ojos. –Esta pinche agua tenía otra cosa.- dijo tallándose los ojos con los nudillos de los índices. Abrió las puertas de la alacena para buscar alguna servilleta limpia, pero el taladrante rechinido de las bisagras le perforó la poca paciencia que le quedaba y la hizo dar un manotazo ciego sobre la madera hinchada, justo ahí donde cincuenta años atrás hubiera estado desmenuzando pollo o despellejando tomates cocidos junto al molcajete de piedra de su madre. La mano aplastó algo que crujió como cucaracha pero olió como ciruela podrida. Caritina busco de nuevo a tientas el cedazo y se lo pasó por los dedos sin lograr limpiarlos en absoluto. -¿Dónde chingados están las servilletas?- le gritó sin esperanza al remiendo de soledad añeja que le quedaba, al tiempo que las rodillas le temblaban y sus piernas cedían como dos cañas secas que la dejaban caer de sentón en el suelo grasiento. El llanto vino más fuerte y ella se lavó las palmas a medias. Extendió su brazo izquierdo sobre el suelo y comenzó a masticar el primer trozo de fruta que pudieron tocar sus dedos. Pasaron tres horas y vino el silencio. A Caritina jamás le había fallado un solo presentimiento: el mundo otra vez estaba por oler a muerto. </div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-73069052298391906372009-05-20T14:19:00.000-07:002009-05-20T14:21:14.378-07:00Quedaron tan solosQuedaron tan solos al separarse que volvieron a estar juntos. Él no pudo resistir la soledad de sus manos y su incapacidad de cocinar sólo para uno. A ella le dio un terror inconcebible su insomnio ante el olor de un solo sudor en su almohada, (hasta ese momento jamás notó lo desértica que podía ser su cama sin él ocupando el lado más cómodo.) A los pocos días decidieron por su lado que se necesitaban. Volvieron a dormir y a cenar juntos para usarse como escudo contra esa soledad que se los estaba comiendo vivos. Siguieron atados uno al otro y continuaron llamándole “mi amor” a la costumbre.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-3341474546425122102009-05-17T20:43:00.000-07:002009-05-19T14:48:13.828-07:00Nos quedamos contigo<div align="center"><br /></div><div align="justify">Como si la semana pasada no me hubiera sido lo suficientemente inolvidable, el domingo deja de funcionar el cuerpo de Benedetti. No sé que decir, mañana se me pasa supongo. Me pondré en estas noches a leer y releer la antología de <em>Los espejos las sombras (1999).</em> Se nos fue uno de los grandes, se me fue mi mayor poeta. Todos los ídolos se te van enfermando y muriendo, pero los verdaderos siempre se te quedan aferrados a la huella que te dejan como el hierro de marcar al ganado.<br /><br />Eres grande Benedetti y te debo tanto que me pesa no haber sido amigo tuyo para que me doliera más tu muerte. Te quedas en los codos y las botellas al mar y los corazones coraza. Lograste tu estrategia y los demás aquí nos quedaremos, siguiéndote la estela, aunque tal vez más ciegos de lo que nos hubiera gustado, pero eso sí, jamás inmóviles al borde del camino.<br /><br /><br /></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><strong><span style="font-size:180%;">Gracias Mario.</span></strong></div><div align="center"><br /></div><div align="center"><br /></div><div align="center"></div><div align="left"><span style="font-size:85%;">Aquí dejo un mal recorte de un pequeño homenaje del periódico local de hoy del que sólo estoy en desacuerdo con el título.</span></div><div align="center"> </div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5337649912316432114" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 278px; CURSOR: hand; HEIGHT: 400px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/ShMkUK8EDvI/AAAAAAAAAMQ/UEc_GsK9wGM/s400/escanear0033.jpg" border="0" /> <p align="center"><span style="font-size:85%;"><em>Naranjo, 2009</em><br /></p></span><p></p>NO TE SALVES<br /><br />No te quedes inmóvil<br />al borde del camino<br />no congeles el júbilo<br />no quieras con desgana<br />no te salves ahora<br />ni nunca<br /> no te salves<br />no te llenes de calma<br />no reserves del mundo<br />sólo un rincón tranquilo<br />no dejes caer los párpados<br />pesados como juicios<br />no te quedes sin labios<br />no te duermas sin sueño<br />no te pienses sin sangre<br />no te juzgues sin tiempo<br /><br />pero si<br /> pese a todo<br />no puedes evitarlo<br />y congelas el júbilo<br />y quieres con desgana<br />y te salvas ahora<br />y te llenas de calma<br />y reservas del mundo<br />sólo un rincón tranquilo<br />y dejas caer los párpados<br />pesados como juicios<br />y te secas sin labios<br />y te duermes sin sueño<br />y te piensas sin sangre<br />y te juzgas sin tiempo<br />y te quedas inmóvil<br />al borde del camino<br />y te salvas<br /> entonces<br />no te quedes conmigo.<br /><br /><br /><br /><br /><span style="font-size:85%;">Audio:</span><br /><a href="http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=192&p=Mario%20Benedetti&t=No%20te%20salves"><span style="font-size:85%;">http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz1.php&wid=192&p=Mario%20Benedetti&t=No%20te%20salves</span></a>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-8194290024309300252009-04-26T19:01:00.000-07:002009-04-27T14:03:21.794-07:00A donde sea: Rosabichi, Cerocahui o a donde vendan café combate.<div align="justify">Tuvo que pasar algún tiempo. Ya son tres semanas desde que llegué un viernes en la noche a la ibero después de una hora de presiones y tardanzas y enojos y apúralequenollegos. No tenía idea de lo que iba a pasarme. Yo sólo sabía que iba a estar por una semana en una comunidad tarahumara con mi hermano y una tal priscila con la que había hablado poco, a lo mucho sobre los materiales para las actividades que les ibamos a poner a la gente del poblado. Al poco tiempo se me pasó el coraje que me hizo pasar mi hermano por haber hecho que el resto de los 40 y tantos misioneros se esperaran dos horas a que él llegara desde monterrey. Me dió también coraje cuando nos dijeron que nos iban a cambiar de comunidad porque en dónde ibamos a ir había habido balazos, y en vez de ir los 3 a Cerocahui nos ibamos a reunir con 4 chavas y 1 cuate del DF en Rosabichi, una comunidad mestiza por ahí cerca de Creel. Primera alteración completa de los planes. Ya no necesitaba imprimir una lista de las palabras y frases útiles en rarámuri, ahí todos hablaban español, no había necesidad. </div><br /><div align="justify">Le leí una vez a una compañera bloguera (Jacka K, <a href="http://estabocamia.blogspot.com/">http://estabocamia.blogspot.com/</a>) que el error más recurrente de los humanos es que casi siempre pensamos que las cosas van a salir como las estamos planeando. Nunca, jamás; bueno, rara vez. Y sobra explicar esta frase porque cada quién la comprenderá a su manera. Por mi parte soy muy dado a crearme imágenes mentales y hasta situaciones premonitorias. Ese futuro recuerdo se tiene que llenar mientras tanto con predicciones o suposiciones que de cierta forma te ayudan a visualizarte y a caminar tropezándote un poco menos. Las caras y las imágenes de los lugares van apareciendo y los mapas se van dibujando conforme el presente comienza a llegar como un borrador enorme cuyo trabajo es quitarte todas esas premoniciones fallidas y llenarte la percepción de aquello que en ese instante se va percibiendo como realidad. Oséase que la lotería nacional supo captar una de nuestras más grandes tendencias de humanos previsores con sus comerciales de "¡ya me vi!"</div><br /><div align="justify">De ahí en adelante todo fue adaptarse y conocer más y más. Y como todo, esa semana también fue un compendio de elementos que bastate combustible me han dado. Sobra especificar con situaciones y experiencias este recuento de aquella semana y los días que aún le están siguiendo. Sobra porque para que no les sonara ajeno (si no son Priscila, Diego, Jorge, Carla, Adriana, Fabiola o Mercedes) tendría que explicar las cosas con muchos detalles y total qué sentido tiene. Ya irán saliendo los cuentos de historias específicas.</div><br /><div align="justify">Sólo diré que encontré algo. No fue un dios, ni una revelación vocacional, ni una apetura de ojos a otras realidades, no, todo eso se encuentra en tu misma casa; no necesitas internarte en una comunidad con gente mucho más pobre y feliz que tú para darte cuenta de que tu mundo puede o no ser y que tal vez vivías encapsulado en la concepción y aceptación de tu propia realidad. Y puede ser válido esto para todo aquel que así le haya caído la experiencia, lo que no es válido es que se caiga en una autoconformidad de consciencia por ya haber servido al bien común una semana. Habrá tenido importancia o no algo que hayas hecho durante ese tiempo, eso no lo sabrás nunca y tal vez no te toque saberlo, para qué, las vidas siguen y las caras y los nombres se pueden olvidar, y a fin de cuentas lo que un día haces no tiene más estragos que generar una cadena de eventos cuyo principio se olvida después del segundo eslabón. No, así no deben de ser las cosas, así no quiero que para mí sean. Yo no quiero quedarme aquí sentado agusto por creer que ya cumplí mi cuota de utilidad por un buen rato sólo por haberme ido a parar en una comunidad donde tuve que cocinar con leña, hacer en letrina y sufrir muy agusto por aguantarme la "incomodidad" de bañarme con agua fría y a jicarazos. Yo no quiero ser sólo un <em>sobreviviente</em> (Clarissa Pinkola, "Mujeres que corren con los lobos") que cree que ya por haber alcanzado un punto deseado se puede llamar exitoso y cae en el conformismo de quedarse ahí semi contento y orgulloso de lo que ha alcanzado, poniendo en un peligro terrible su <em>desarrollo creativo posterior.</em> No lo quiero y seguiré buscando evitarlo a toda costa.</div><br /><div align="justify">Todo a fin de cuentas recae en el <em>No te salves</em> (no te quedes inmóvil al borde del camino... no te duermas sin sueño... no quieras con desgana... no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo). No te conformes, no te acostumbres! Nunca esperes agradecimiento por nada; un paso muy grande hacia esa calma interior es dejar de esperar que nos agradezcan por lo que hacemos. Más duras enojado por una ingratitud que contento por un gracias sincero. Si te lo dan qué bueno, si no sigue caminando y ni te des cuenta, al fin que ya le pusiste más aceite a los engranes de todo este asunto. Puede ser que esa persona pensando en lo que hiciste por ella (así haya sido sostenerle la puerta del oxxo) vaya y haga algo por alguien más. ¿Tuvo pues impotancia que te dijera gracias o no? ¿Qué es lo que te molesta? ¿que no estuviera agradecida o que no te hiciera saber que lo estaba? Cuando no nos dicen gracias nos dan un golpe al ego del "altruismo." Ponte a pensar entonces, si te molesta que no te muestren agradecimiento es porque las cosas las haces para reconfortarte y sentirte bueno, sentirte el buen samaritano que ayuda y es indispensable. ¿Para qué o para quién abriste la puerta de ese oxxo entonces? Fue por ayudar. Ayudaste, ¿cuál es el problema de que no te digan gracias?</div><br /><div align="justify">Claro que es un incentivo para seguirnos portando de esta manera. Mucha gente se crea una decepción por la falta de gratitud ante sus buenas obras del día y simplemente las reduce o deja de hacerlas, y esto es comprensible. Válido. Demuestra gratitud cada que puedes porque comúnmente la gento lo va a estar esperando; pero tú no lo hagas, no te lo recomiendo. Vivirás mucho más en calma si no esperas agradecimientos y sólo sigues actuando.</div><br /><div align="justify">A todo esto me refiero cuando antes dije que qué sentido tiene el saber si lo que hemos hecho le fue útil a alguien o no, o si dejamos más de lo que nos llevamos. Es un cuestionamiento exitencialista que siempre podemos tener. ¿Cuál fue mi huella, que he dejado en este mundo? La verdad, qué te importa. Es una necedad preguntárselo porque nunca vamos a saber a ciencia cierta qué beneficios o incomodidades le hemos dado a alguien. Ese escritor o músico que tanto te ha influenciado realmente da igual si sabe o no que lo ha hecho. Ese ejemplo que tal vez le llegaste a poner a algún niño (darle un dulce, fumar enfrente de él, cederle el paso, algún consejo, una grosería, etc etc) va a ser que te recuerde siempre aunque se le olvide tu cara y al paso del tiempo te ponga cualquier otra; y tú jamás te vas a enterar. Y se puede ejemplificar con infinidad de cosas y más cosas, que te vas a morir sin saber y no puedes pasarte toda la vida preguntando qué has dejado, si hubiera sido el mundo el mismo sin ti. Jamás vas a tener idea de la grandeza o pequeñez del mapa completo de tu huella y no te quiebres la existencia por saberlo.</div><br /><div align="justify">¿Qué queda entonces? Muévete. Si hacer el bien no es lo que te trae satisfacción, no lo hagas entonces, sólo procura no joder mucho y levantar un papel de de la calle de vez en cuando. Siempre tenemos que estar persiguiendo algo, un proyecto, una visión, un amor, pero estar persiguiendo algo. Si nos quedamos como sobrevivientes contentitos con pequeñas satisfacciones que alargamos más de lo que duran tal vez las repercusiones de su causa, nos vamos a estancar y jamás nos superaremos. Pero si eres feliz en esa estabilidad, en ese punto cómodo ¿es valido quedarse ahí? Habría que asegurarse muy muy bien de la firmeza de esa felicidad, no vaya a ser que se nos vaya a caer el castillito de arena con cualquier olita barre cangrejos.</div><br /><div align="justify">Yo persigo varias cosas. Principalmente callarle la boca a este hipócrita que escribe (y no precisamente tapársela con esos accesorios a la michael jackson y tan anti-sabínicos que los mexicanos traemos de moda) para poder escaparme sólo o acompañado: a comprar más tela tarahumara, a volver a la cajetilla diaria de faros, a tallar más figuras de ocote y volver a rajarme el dedo, a las fogatas, a caminar otra vez 4 horas entre la sierra para llegar a un lago, a cocinar con leña, a enseñarle a los viejitos a tejer ojos de dios huicholes, a tomar 5 vasos de café "combate" al día, a probar ahora sí bien el tesgüino, a volver a dormir en el piso y descubrir unos dedos heridos y mortales que ya estaban esperando a los míos.</div><br /><div align="justify"></div><div align="justify">Dije que encontré algo. O tal vez me encontraron.</div><br /><br /><div align="justify"></div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5329476798131749826" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; CURSOR: hand; HEIGHT: 300px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_QLSEGnr5pUs/SfYa6T9UQ8I/AAAAAAAAAME/-LRMWcrhZc4/s400/2982_155122285706_653405706_6485719_1286153_n.jpg" border="0" /><br /><br /><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><strong>A donde sea</strong></div><br /><div align="justify"></div><div align="justify"><em>No es que aquí no tenga nada</em></div><div align="justify"><em>tengo más de lo que debiera</em></div><div align="justify"><em>y sin embargo me iría contigo</em></div><div align="justify"><em>a donde sea que quisieras llevarme</em></div><div align="justify"><em>y sin embargo te llevaría</em></div><div align="justify"><em>a donde sea que muriera por irme</em></div><div align="justify"><em>todo con tal de que nunca </em></div><div align="justify"><em>nos alcancen el paso los hubieras.</em></div><br /><br /><div align="justify"></div><br /><br /><br /><div align="justify"></div><br /><br /><br /><div align="justify"></div>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-64438388418304885632009-03-29T19:09:00.000-07:002009-03-29T19:19:18.583-07:00Ayer oriné junto al alcalde.Ayer oriné junto al alcalde. Coincidimos en el migitorio de un bar irlandés a mediados del segundo tiempo del juego de méxico. Estuve a una nada de brincarme mi sensatez y orinarle sus tristes zapatos. Pudo haber sido la mejor opinión que alguien le haya dado sobre su presidencia. Pero no lo hice. Me subí el cierre y no lo hice. Carajo.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-34056082533631852012009-03-27T10:13:00.000-07:002009-03-27T12:24:10.702-07:00La supuesta soberanía del foco rojo<div align="justify">Estoy cansado, harto, encabronado, no encuentro la palabra, ni encuentro lo que pueda estar inmediatamente en mis manos para darle solución al hecho de vivir en una ciudad (país) secuestrado. La soledad que se ve ahora de noche en las calles sólo es comparable a cuando el Santos llegó a estar jugando una final y toda la Laguna estaba enraizada a la televisión. La ciudad se ve desierta, los semáforos inútilmente se siguen pintando de verde y rojo pasadas las once de la noche. De fondo ya es normal estar escuchando balaceras y explociones que cada día son menos remotas; y lo peor, lo que hace más ruido, la gente hablando, pasando el teléfono descompuesto. Si en verdad ocurriera todo lo que las personas con toda certeza le cuentan o le profetizan al conocido, estaríamos de verdad lléndonos al carajo mucho más rápido. Estoy harto de escuchar que "mañana se va a poner feo," que "van a llegar más soldados o más narcos." Estoy cansado de escuchar a los niños del centro de desarrollo social al que voy, que alguien dijo que los narcos agarraban a todos los niños y les cortaban la cabeza. Estoy sinceramente hasta la madre de vivir relativamente encadenado, en parte por preocuparme por quién me interesa y no queriendo pasarle el rumor para que tenga cuidado, y en parte porque por absolutamente todas partes siempre te taladra el mismo tema, que a fin de cuentas termina siendo verdad, a medias, pero verdad, basándonos en que siempre todo chisme tiene su fundamento aunque esé deformado.<br /><br />Ya me acostumbré a estar tarde el viernes preparando mi clase del sábado en la mañana y tener espectáculo de sonido de rifles y granadas a varias cuadras del otro lado de la ventana, sin escuchar una sola patrulla y enterarme al día siguiente que no se aparecieron sino hasta 3 horas después. Ya me acostumbré a recibir y mandar mensajes que avisan de una balacera acá u otra balacera allá y ten cuidado si pasas por ahí. Ya nos suena a burla la inutiliad de federales y soldados y la increible falta de táctica militar y logística en sus operativos para aparentar. Es común que cualquiera de los dos grupos se "equivoquen" de casa 3 o 4 veces antes de realmente destrozar la puerta de la casa que tenían que catear. Qué necesidad que molestar a más gente, si le quieren avisar a la persona que van para allá, háblenle a su celular o mándenle un e-mail un día antes, que seguro lo tienen en sus contactos frecuentes.<br /><br />Anoche me regresé a las once pasadas del jueves de fichas porque mi mamá no dejaba de escuchar las armas y estaba preocupadísima porque yo estuviera a unos 7 minutos de la casa, así que su preocupación la hizo considerar que era mejor, como afuera había balacera, que yo cruzara esa distancia en ese momento y me fuera a la casa, en lugar de quedarme dentro de la casa de Don Muska un rato más y no exponerme hasta que estuviera más calmado el asunto. Lo hice de todas formas y me fui temprano del jueves. Mientras solamente estaba yo esperando la luz en un cruce de dos calles muy transitadas, tres camionetas de la policía municipal se pararon en fila en uno de los carriles de al lado. Antes de que cambiara a verde, los tres se echaron de reversa unos 100 metros y se metieron en una de las calles más chicas. Lo ideal sería pensar que algo pasó por aquella zona y las patrullas estaban respondiendo a algún llamado; pero aquí en Torreón ya lo lógico es pensar que el problema podría estar adelante y que los policías simplemente estaban huyendo. No quise seguir por esa calle y mejor me metí a zigzaguear por la colonia hasta llegar a mi casa.<br /><br />Hace casi dos meses un grupo armado entró al reclusorio de Torreón. Les abrieron la puerta principal, saludaron, tuvieron el tiempo de matar a golpes y quemar en medio del patio principal a tres secuestradores, y además se llevaron a otras 7 personas. Buenas noches, con su permiso. Las fuerzas policiacas llegaron una hora después. Ese día se sabía dentro del penal lo que en la madrugada iba a ocurrir. La gente de las torres de vigilancia lo sabía porque jamás gritaron "alerta" como lo acostumbran a hacer cada media hora para ver si todos los de las torres siguen ahí (o cada cinco minutos en caso de situación de alarma.) Los de las puertas también lo sabían, muchos reos los sabían, tal vez incluso a los que quemaron y los que iban a ser rescatados. Después se corrió el rumor de que este grupo de gente pudo haber sido una brigada blanca (asesinos justicieros contratados por empresarios) y no creo estar mintiendo al decir que de seguro la mayoría que escuchamos este rumor dijimos "ojalá!" Si no, qué terror el hecho de que así funcionen las cárceles. Me falla la calculadora al leer que es muy raro que capturen a alguien en las balaceras (así sean 200 "buenos" contra no más de 10 "malos," como pasó en una en la colonia Durangueña a principios de año), si acaso capturan sólo a dos chavos de 20 años que de seguro iban pasando (balacera del 1ro de enero que duró cerca de 3 horas.) No comprendo de dónde sacaron a 7 personas para rescatar, si uno hace la cuenta mental se le hace extraño que ya hayan agarrado a tantos. </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Aquí a los federales no los vemos bien y nuestras razones tenemos. "Equivocan" los cateos y mientras tanto se embolsan lo que pueden en las casas que asaltan. Asesinan e involucran a inocentes (como fue el caso de Mario Alberto Favela Limón, que al ir por el periférico con su cuñado y su sobrino, cambió de ruta por intentar evitar una balacera y los federales comenzaron a dispararle, siendo que era una camioneta modesta y con placas. Mataron a su sobrino que venía en el asiento trasero. Cuando Mario se detuvo y les pidió que por favor pararan, que ellos no tenían nada que ver, los federales al darse cuenta de su error les sembraron cocaína y los arrestaron acusados de sicarios. En las instalaciones de la PFP, los hicieron disparar para tener sus huellas en armas de fuego. Mario duró preso cerca de seis meses hasta que pudo pagar los cerca de 200 mil pesos que le pedían para "limpiarle" el expediente. Hasta la fecha no hay culpables. Tal vez le hubiera ido mejor si hubiera manejado directo a la balacera.) Los federales aterrorizan a la población con sus operativos y sus convoys inútiles de 3 o 4 camionetas con 10 o 15 tipos cada una. Tratan como delincuente al civil que nada debe, poniéndole la boca del arma en el pecho con la misma facilidad con la que el civil entró a su colonia.<br /><br />Mientras tanto, el inepto del presidente municipal (José Ángel Pérez, el mejor alcalde panista que le pudo haber pasado al PRI en Torreón) hace berrinches con el gobenador (Humberto Moreira) por ver quién estorba más con sus obras públicas y quién saca spots y panorámicos con el niño más tierno. No necesitamos más distribuidores viales (se caigan después o no,) necesitamos sentirnos seguros manejando por nuestras calles aunque tengan baches.<br /><br />Los ciudadanos ya no esperamos que se vaya el narcotráfico, esperamos que ya por fin un cártel gane la plaza y esto vuelva a estar más tranquilo. Que ya no mueran soldados, ni federales, ni policías municipales, ni civiles. Queremos poder salir a la calle sin pensar en secuestros, ni balaceras, ni sicarios, ni extorciones telefónicas.<br /><br />Que el gobierno federal deje de argumentar que la culpa es de los drogadictos y de los traficantes de armas gringos. Que no le diga "ya ves, no que no" a la Hillary Clinton cuando acepta una responsabilidad binacional. Y sobre todo, que no se ponga muy digno y argumente que aceptar la intervención de las fuerzas de Estados Unidos sería un riesgo para la soberanía nacional (aparte de que ridiculizarían increiblemente a las tácticas militares de soldados, federales y policías mexicanos). Señor Presidente y su equipo, cuando la tranquilidad de un país no depende de su gobierno ya se ha perdido gran parte de la soberanía. Y su supuesta soberanía, al menos por lo que se vive aquí en Torreón, hace mucho tiempo que se perdió ante el narcotráfico.<br /><br />--------------------------------------------------<br /><br />Por favor dejen sus comentarios, quiero saber qué piensan. Aquí les dejo un reportaje muy bueno que salió en la revista PROCESO hace un mes, para que conoscan a grosso modo un panorama de lo que se vive en lo que antes era nuestra ciudad. Saludos.<br /><br /><span style="font-family:times new roman;"><span style="font-size:130%;"><strong>Coahuila. Laguna de sangre</strong><br /></span>Revista Proceso: ARTURO RODRíGUEZ GARCíA<br />22 de febrero<br /><br />TORREÓN, COAH.- Todos saben quiénes son, pero aquí nadie quiere identificar a los responsables de la ola de violencia que azota a esta región, disputada por los cárteles de Sinaloa, de Juárez y del Golfo, así como por grupos de Los Zetas y de los hermanos Beltrán Leyva.<br /></div></span><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Ni el general Marco Antonio González Barreda, comandante de la XI Región Militar, se atreve a ponerles nombre: “Se habla de que existen, quizás, dos grupos antagónicos; unos en el lado de Durango y otros en el lado de Coahuila”.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">En medio de balaceras y ejecuciones, levantones y secuestros, la Comarca Lagunera vive la peor ola de violencia en su historia: en menos de dos meses de este año, más de 40 personas han perdido la vida en violentos enfrentamientos –hasta siete por día– por el control del narcomenudeo, cifra que iguala a la de todos los ejecutados durante 2007.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">La guerra es por el control del mercado local, dicen funcionarios de las procuradurías de Justicia en Coahuila y Durango que piden el anonimato, pues los ejecutados son vendedores de droga. Pero también están muriendo civiles inocentes sin que militares, policías federales o locales hayan detenido a ninguno de los asesinos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Los ajustes de cuentas entre miembros de los cárteles mantienen postrada a la población, y también a las autoridades que, además de ser objeto de ataques directos en retenes o patrullajes, han sido infiltradas:<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Custodios penitenciarios facilitaron el asesinato a golpes de tres reos en el área de indiciados del Centro de Readaptación Social de Torreón, el lunes 9 de febrero. Sus cadáveres fueron quemados con diesel. Estaban acusados del secuestro y homicidio del empresario Rodolfo Javier Alanís Appelbaum, el 9 de noviembre de 2008, a quien asesinaron a tiros y cuyo cuerpo quemaron en un paraje próximo a la autopista Torreón-Saltillo.<br />Luego de dar muerte a los secuestradores, considerados desertores del grupo de Los Zetas, nueve reos federales que habitaban el Módulo 35, donde se ubican los miembros del cártel del Golfo, se evadieron con la complicidad de sus custodios.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;"><strong>“Empezó la tronadera”</strong><br />En el populoso barrio Nuevo México se registró un tiroteo, el sábado 7, en el que un vendedor de elotes murió de un balazo en el pecho. A unos pasos quedó tendido el cuerpo de un soldador. Los sicarios eran tres jóvenes, casi adolescentes, que llegaron en un auto negro, se bajaron y abrieron fuego.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Esa es la parte antigua de Torreón. Muy cerca está el mercado Alianza, un laberinto de callejones que ocupa varias manzanas donde se puede comprar de todo, legal o ilegal. Aquí pocos se atreven a hablar de lo ocurrido ese día o cualquier otro. Nadie se siente seguro.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Luego del tiroteo llegaron decenas de federales, soldados y policías locales, pero cuatro horas después, despejada el área, una patrulla fue baleada y cayó herido el policía municipal José González.<br />“Aquí la autoridad no manda”, dice un vendedor ambulante.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">No fue el único policía afectado. El domingo 8, en Juárez, Durango, acribillaron la casa del comandante de la Policía Rural de Lerdo, Lázaro Briones. Cuando iban en su auxilio, un comando interceptó a sus patrulleros e hirió a Pedro Martínez, un policía rural. El mismo día, en el paraje La Lomita, se encontraron los cadáveres de Luis Vázquez López y de María del Rosario Padilla Femat. Ella presentaba 11 tiros, él sólo siete. Nadie vio nada.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">El riesgo es latente. “Yo siempre les decía a todos que no se preocuparan, que se estaban matando entre ellos, pero ahora también le puede tocar a uno. Las balaceras ahora sí son una preocupación”, dice un comerciante que presenció un tiroteo el 12 de febrero. Ser vecino del lugar le valió que el Ejército cateara su local.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Ese día, varias volantas criminales recorrieron Gómez Palacio y atacaron de manera simultánea en la colonia Parque Hundido, donde mataron a un ciclista que presuntamente llevaba droga. Luego, en la colonia Otilio Montaño, a unas cuadras de ahí, otro grupo en dos vehículos disparó y arrojó una granada contra dos supuestos puchadores que estaban sentados en la banqueta.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">“Empezó la tronadera, y uno de los muchachos arrancó corriendo hecho madre, pero no las pudo. Ahí nomás quedó tirado”, relata un anciano.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">A la misma hora se reportaron otros cuatro tiroteos, pero los objetivos lograron escapar. No hubo víctimas.<br />“Esto es una cacería de puchadores que quieren alinear para un lado o para otro; esto apenas empieza”, dice un comandante de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) de Durango.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Poco después de las dos de la mañana del viernes 13, en el sector del mercado Alianza, unos 10 sujetos armados bajaron de tres autos e irrumpieron en el bar La Favorita. Dispararon de manera indiscriminada. Cinco personas murieron y otras tres quedaron heridas, incluyendo la esposa de uno de los asesinados. Si acaso tres de los ejecutados eran vendedores de droga, los demás eran simples parroquianos.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">La violencia siguió ese mismo día, pero ahora en Gómez Palacio. En un tiroteo murió un joven transeúnte de 16 años, abatido junto a un presunto vendedor de droga. Una hora más tarde fue ejecutado Daniel García Chacón, de 35 años, cuando circulaba por la colonia Rubén Jaramillo. Cuatro camionetas de modelo reciente lo interceptaron. Al intentar huir, chocó, y trató de escapar a pie, pero las ráfagas de cuerno de chivo lo alcanzaron. Un ajusticiamiento más sucedió en la privada Mapimí. Allí murió Pedro Ruelas Robles. Tenía unos días de haber llegado a La Laguna.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Ni siquiera los muertos están seguros. Uno de los ejecutados en la Otilio Montaño era velado en su domicilio, todavía con las huellas de los disparos y la quemazón que dejó una granada. Era un velorio de barrio. Las mujeres rezaban el rosario, mientras los hombres conversaban afuera.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">“Llegó un grupo de muchachos, todos pelones. Yo creo eran amigos del muerto. Poquito después, llegaron tres camionetas y comenzaron a disparar. Yo me vine corriendo para la casa, pero hubo un tronido muy fuerte, dizque fue una de esas granadas. Dicen que hasta al difunto remataron”, cuenta una mujer. En el lugar, cinco personas murieron y otras tres resultaron heridas, incluida una niña de cuatro años de edad.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Testigos relatan que desde adentro de la casa se respondió el fuego. Cuando llegó el Ejército y las policías, todo era gritos y alaridos, pero mucha gente se fue por miedo a que regresaran los sicarios.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;"><strong>Sin freno</strong><br />El pasado martes 17, los reportes a los números de emergencia provenían de todas partes. Había tiroteos en Torreón y Gómez Palacio. Los cuerpos de seguridad no se dieron abasto.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">En Gómez Palacio, muy cerca del Puente Plateado, una base de operaciones militares fue objeto de un ataque. A los soldados les arrojaron granadas; éstos respondieron también con granadas y bazucas. Ahí, un camión de transporte urbano quedó acribillado. Dos militares cayeron heridos, pero Noé Hernández, una persona que iba pasando rumbo a su casa, murió en la refriega.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">En la colonia Las Alamedas fue peor. Los vecinos afirman que los disparos comenzaron en la Ciudad Deportiva del sector, siguió por la privada Rosendo Salazar, continuó por la calle Aquiles Serdán y no se sabe dónde terminaron. Tres jóvenes murieron en el lugar y uno más en el hospital. Tres personas resultaron heridas, dos que viajaban en un autobús urbano y una mujer que cargaba gasolina en las inmediaciones. “El Ejército llegó como 40 minutos después. Ya para qué”, se queja una vecina.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">El caos de la jornada fue en aumento. En la colonia Morelos murieron dos personas y tres más fueron heridas por balas perdidas. En la colonia Victoria, a dos mujeres les tocó un rozón de bala. Y en Palmas San Isidro, una más fue herida en el costado derecho.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Llamadas de emergencia denunciaban camionetas con hombres armados por carreteras, brechas y caminos vecinales. El Código Rojo se activó en el fraccionamiento residencial Torreón Jardín, pero no ubicaron a nadie.<br />Del lado de Gómez Palacio también hubo civiles caídos. En la colonia El Refugio ejecutaron a una persona, pero también alcanzaron a un hombre que jugaba con su hijo frente a su casa. Murió en el Seguro Social. Casi al mismo tiempo, en la colonia El Consuelo, había otro asesinato.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">A pesar del saldo de ese martes negro, no hubo detenidos, como en ninguno de los hechos sangrientos de las últimas dos semanas.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">En el extremo de la indefensión, la policía municipal de Torreón realizó una protesta la noche del miércoles 18 y la madrugada del 19 de febrero, para exigir condiciones de seguridad. El secretario del ayuntamiento, Gerardo Puentes, convenció a los policías de volver a patrullar.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Ante la zozobra, cámaras y organismos empresariales pidieron la suspensión de garantías y la aplicación de un toque de queda, pero el comandante de la XI Región Militar negó la posibilidad; dijo que eso sucede cuando no hay autoridad y “en La Laguna sí hay”.<br /></span></div><div align="justify"><span style="font-family:times new roman;">Durante la celebración del día del Ejército, el general González Barreda atribuyó la violencia al supuesto hecho de que los cuerpos de seguridad están acorralando a los delincuentes, por lo que éstos quieren atemorizar a la población. Para el mando militar, dijo, “no hay focos rojos”.<br /></span></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-74813756970533571752009-03-19T10:47:00.000-07:002009-03-19T12:18:41.408-07:00Amélie tocando el acordeón a medio periférico<div align="justify">Hace una semana (menos dos horas masomenos) el carro en el que me pensaba escapar escuchando [Just like] Starting Over de Lennon, quedó hecho acordeón a medio periférico. Para mí ese choque comenzó en 1992 cuando mi papá decidió utilizar para algo mi nombre en hacienda, o quizás una o dos horas antes cuando algo le dió la idea, o tal vez se le ocurrió la noche anterior cuando de seguro le pedí que me hiciera caballito brincándole a la pierna un escalón antes de que terminara de subir la escalera. Nadie tiene idea.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br />Cuando fuí a Hacienda a darme de alta, resulta que lo que tenía que hacer era reactivar mi cuenta que tenía 17 años inactiva. Tenía que cambiar la dirección y me dieron una cita para el 12 de Marzo a las 12:30pm (lo que renegué con el karma porque faltaba semana y media y yo sin poder cobrar un peso). Ese día, como todos los demás, las decisiones de la demás gente con la que lo compartí, y las mías, me esculpieron un poco más el resto de la vida.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br />Una camionetita rotulada que repartía calendarios a cierta hora salió del punto A intentando llegar al B. Una señora de copete güero y pelo negro desganado se subió a su Windstar también para ir de un lado a otro a cierta hora. Otro vehículo que nunca vi lo mismo. Y yo, ya expliqué de dónde venía, muy contentito con mi nuevo y flamante RFC con dirección actualizada (para darle viveza al asunto venía escuchando un disco de brasileñas, de la canción no me acuerdo, habrá sido alguna de Calanhotto, Maria Rita o el Caetano). </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br />Si a mí no se me hubiera olvidado el dinero en el carro y estando en hacienda no me hubiera tenido que regresar al estacionamiento por el $1.50 para sacarle una copia a la del IFE, habría pasado antes por el lugar. Si tal vez alguno de los otros conductores hubiera salido un minuto antes o después, si alguno no hubiera tomado el periférico, si no se hubieran parado en un OXXO por cigarros, si no se les hubieran olvidado los lentes oscuros y no se hubieran regresado, si algún cliente ese día no hubiera querido calendarios, qué sé yo. Si los de obras públicas que estaban resanando el camellón hubieran decidido poner más de dos conos y no justo donde empezaban a trabajar sino varios metros antes como debieron. Si hubiera estado alguien con chaleco reflector naranja y bandera blanca anunciando a los carros que en esa zona no deben de ir a 80 km/h porque los dos carriles se van a hacer uno. Si el vehículo desconocido que logró cambiarse de carril y contar todo como un "compadre, qué cree, casi choco" no hubiera frenado de repente. Si los de los calendarios hubieran decidido mejor llevarse los conos en vez de frenarse. Si la señora de la Windstar (a la que después se le cebó el trato medio turbio-sensualón que hizo con el respetable señor federal para que me encasquetara ilógicamente también los gastos de su camioneta) no se hubiera, no sé, tal vez quedado dormida esa mañana. Y que tal si después me encuentro al tipo o la tipa que venían en la camioneta rotulada y resulta que nos reconocemos (porque estuvimos hablando un buen rato fuera de la PFP) y que me recomiendan un trabajoy que de ahí no salgo en un rato o...o...o... </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br />Por eso no me gusta meterme en las filas, aparte del respeto y el orden y todo eso, no me gusta porque me da un terror enorme el saber que acabo de cambiarles completamente el día a los que estén detrás. Si leíste esto te acabo de quita como 5 minutos que hubieras usado para otra cosa tal vez un poco menos inútil. Qué tanto va uno metiéndose en los transcursos de otras personas. ¿Cuánta gente se habrá muerto o accidentado como consecuencia sucesiva de algo que tú hayas hecho? Yo no tengo ni idea. Me estoy poniendo medio paranóico y ya no quiero pensarlo. Pero me quedo con la idea nuevamente de que somos un tejido, somos hilos individuales pero no separados y no hay forma de serlo, siempre terminas metiendo tu color en algún lado y cambiándolo todo. Somos cuentos compartidos, por decirlo a lo Filio.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"><br /><br />Pd.</div><div align="justify">Disculpe usted este refrito más amargado y mucho menos triste de Amélie. </div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-6630716548042886562009-03-08T15:08:00.000-07:002009-03-09T13:36:12.500-07:00La sensatez de Venus<div align="justify">Yo podría, así de fácil, sacar mis cerillos del pantalón tabaquiento que usé ayer, pararme afuera de mi casa y quemarle los pelos del brazo al primer señor que pasara. ¿Qué me impide hacerlo ahora mismo, que me daría una terrible pena la tristeza del señor por el olor de sus vellos quemados o que hacerlo podría traerme consecuencias? La persona no camina cuidándose de que no le queme los pelos del brazo algún habitante de las casas frente a las que pasa. Confía, sin razonar que lo está haciendo, en que nadie hará algo tan simple y fácil como eso. No esperamos comportamientos ilógicos porque se supone que confiamos en un orden; un orden social que se basa en la confianza a la sensatez.</div><br /><div align="justify"></div><div align="justify">Todos somos confiados, y el que diga que es un desconfiado lo dice sin saber de qué está hablando. Siempre estamos confiando en la sensatez de los demás, la damos por hecha basándonos en la lógica y la razón con que nosotros mismos hacemos las cosas.</div><br /><div align="justify"></div><div align="justify">Es muy fácil. A diario salimos a la calle confiadísimos de esto, cosa que no tenemos por qué dejar de hacer, pero lo voy a poner de esta manera: desde que sales de tu casa y cruzas la calle, o te subes a tu carro o al metro o al camión o al taxi, vas confiado de que los demás serán sensatos y de que harán lo que deben de hacer (o que no harán lo que no deben de hacer, que es lo mismo a fin de cuentas). Si cruzas un semáforo en verde sin hacer alto, confías en que nadie se va a pasar el rojo. Si entras en algún edificio estás confiando en que quienes lo construyeron lo hicieron bien y no se va a desplomar mientras estás dentro. Si tomas o comes algo confías en quien lo preparó o empaquetó. Si estás junto a alguien (en alguna fila eterna o caminando en la banqueta) confías en que por su sensatez, no harán la simple acción de sacar de su bolsa cualquier objeto afilado y encajártelo entre dos costillas, o que no te meterán el pie, o que no te empujarán hacia la calle cuando vaya pasando un camión de coca-cola, etc, etc, etc. Siempre se confía en la sensatez de los demás, desde los comportamientos más simples hasta el hecho de que hagan bien su oficio. </div><br /><div align="justify">No se puede decir que se es desconfiado. Todos estamos confiando siempre y lo hacemos sin siquiera darnos cuenta. Hay algo que siempre está ahí con nuestra confianza de sombrero sin merecércela y damos por hecho que el decirse desconfiado no incluye tenerle una eterna confianza a esta supuesta característica humana.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Tú crees que yo soy sensato y lo mismo de ti estoy esperando. Por eso nos sorprenden las imprudencias, la delincuencia, los accidentes, los crímenes. ¿Qué es lo que nos hace falta entonces? ¿Dejar de confiar ciegamente en la sensatez o intentar ser más sensatos? ¿Qué nos mantiene queriendo vivir dentro de ese orden? ¿Que si nos salimos tendremos que acatar las consecuencias o que sencillamente somos "buenos" y hacemos por gusto lo que nos toca hacer para que todo funcione como debe de ser? Tenemos una mentalidad de vigilados, siempre hemos vivido en sociedades basadas en la recompensa y el castigo, enfrascados por la religión, la moral y las leyes. Si hacemos el bien es por pensar en el premio, si no hacemos el mal es por pensar en el castigo. Y si sigue habiendo tantas manchas sociales como secuestros, narcotráfico, corrupción, ejecuciones, etc. es porque las consecuencias de participar en estas manchas han ido desapareciendo o son esquivables. Qué pasaría si mañana dijeran los poderes que es legal matar a otras personas, que puedes quitarle la vida a alguien y ya no habrá ningún castigo. No me quiero ni imaginar cuántos de los casi 7 mil millones que somos nos convertiríamos en asesinos. </div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">Por eso siempre vamos en deterioro. Jamás se nos ha dejado demostrar nuestra esencia sin causas ni consecuencias, y con justa razón. Por eso están a miles de años de ser realizables proyectos como el Venus (<a href="http://www.thevenusproject.com/">http://www.thevenusproject.com/</a>), donde no existe más recompensa (ni monetaria, ni religiosa, ni legal, ni física) que la satisfacción de saber que haces lo que te toca y que gracias a eso todo funciona. Y es precisamente gente que confía en la sensatez humana la que puede llegar a regalarnos de esta manera su tiempo y esfuerzo planeando proyectos que aún no son posibles.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"></div><div align="justify">¿Estamos mal entonces todos los que a diario vivimos confiando en la sensatez del compañero? ¿Estamos mal por creer que en el fondo la mayoría somos buenos por el sólo gusto de serlo?</div><div align="justify"></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-76425947511822816242009-03-06T09:42:00.000-08:002009-03-06T12:22:14.321-08:00Jueves de fichas en Tlatelolco.<div align="justify">Desde hace varios años he dicho que yo debí haber nacido poco antes del 50. Por mis gustos musicales, por mi terquedad, por el auge literario de latinoamérica en los 60's y 70's, porque no tendría blog y porque hubiera berreado, gritado y sido encarcelado muchísimas más veces de lo que aún no lo he hecho (sido.) Anoche una plática bastante interesante me hizo reafirmarlo. </div><br /><div align="justify"></div><div align="justify">Todos los jueves en la noche se supone que nos juntamos sin excusa ni pretexto al "jueves de fichas," desde si no mal recuerdo... hace unos 7 años. Hasta hace poco volvimos a jugar dominó (y con el sensacional cadaver vivo de un juego que ahora nos tiene desconcentrados de cualquier otra fuente de educación: el parchís) porque desde hacía varios años los jueves de fichas ya no tenían nada de fichas, eran unas reuniones enormes donde se vaciaban botellas y se ahorcaban cajetillas hasta medio tardesito (o tempranito, dependiendo si lo ves como mamá o como estudiante.) La tradición es que l reunión sea en casa de Don Muska y rara vez nos ha fallado. </div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify">De los jueves disfruto tres cosas: primero, que Don Muska sabe de buena música entrañable y le importa un reverendo carajo si a los que están en la reunión les gusta o no Calamaro, Andrés Cavas, la Guzmán o Metallica, él conecta su chismesito al estéreo y si no les gusta sólo no la canten, porque aquí eso se toca. Segundo, ningún jueves es igual a otro; la gente cambia (de nombre, de apodo, de amistades, de color de pelo, de pareja, de mentalidad, de camiseta) las pláticas evolucionan y al final de cuentas nosotros con ellas o ellas con nosotros, tanto así que si antes hablábamos de nuestra teacher winsconsina de 22 años que a todos nos tenía llenándonos las agujetas de baba, ahora hemos llegado a hablar hasta de cómo nos iría en nuestro primer examen de próstata (y de que varios se iban a volver a formar claro, la carrilla Torreonense jamás falta). Y por último, la tercera cosa que jamás olvidaré de los jueves de fichas (y a lo que voy con este post) es a los papás de Don Muska, Felipe y Chelita, que desde hace bastantes jueves ya no nos creen muchachos babosos que se quieren comer el mundo y nos hacen el honor de pasarse toda la noche del jueves con nosotros, incluso si Don Muska vuelve de su trabajo en la dulcería del cine hasta más tarde. </div><br /><div align="justify">Hablando ayer con Don Felipe, mi mentor en el dominó, salió a tema el 2 de Octubre del 68, creo que estábamos hablando del papel de Benicio del Toro como el Che o de que la <em>carne al albañil</em> no los dejaba ni respirar y Don Muska estaba color mora por lo enchilado. El caso es que Don Felipe comenzó a contarnos cómo lo [vi]vió y por casi una hora estuvimos sumergidos en una crónica apegada a su memoria de todos los sucesos en el DF de Julio al 2 de octubre de 1968. Que todo comenzó por una pelea campal entre dos secundarias o prepas, que lo que pasó en la plaza de las 3 culturas fue el resultado del hartazgo de las dos partes. Discutía Don Felipe que en tan pocos meses no puede subir un lider la enorme escalera de la fidelidad del populismo; y es que a mi forma de verlo fue un movimiento express que hirvió el coraje de chilangos y provincianos en menos de lo que se dice ¡Fuego! Én esos tres meses hubo niños acribillados, soldados molotoveados, funcinarios de hacienda incrustrados en el pavimento frente a Palacio Nacional, marchas mutiadas, sitios, craneos rotos, desaparecidos, paramédicos de la cruz roja y la verde amenazados a punta de balloneta para no intervenir, sindicatos encabronados, un presidente-títere de gira por el mundo, estudiantes arrepentidos de haber ido a la marcha, hermanos mayores buscando a los menores (y viceversa,) padres a sus hijos, hijos a sus padres, campos militares atiborrados de heridos y restos de cadáveres secuestrados; hubo toma de universidades, de preparatorias, pipilas miltarizdos que derribaron con bazucazos la enorme puerta de madera de un convento-base, maestros que duraron una eternidad encarcelados, gente arrepentida de haber alojado urgentemente en su casa a un estudiante que escapaba aquel 2 de octubre. Hubo atletas extrangeros listos para las olimpiadas paseándose por Chapultepec sin que nadie los tocara. Hubo tatuajes de impuestos "provicionales." Hubo tanta matanza indiscriminada que no sé en qué se habrá gastado más dinero, si en las Olimpiadas o en enjuagar las calles de toda la sangre, los huesos triturados por los tanques y los cadáveres que si bien les fué a los familiares, aparecían y aparecían completos. Hubo de todo, de todo lo inimaginable. De todo menos responsables. El jefe supremo del ejército, el niño Gustavito, se andaba paseando y ni peso de conciencia dijo haberse llevado (<a href="http://www.youtube.com/watch?v=K9UqJtBAjbs"><span style="color:#3333ff;">http://www.youtube.com/watch?v=K9UqJtBAjbs</span></a>).</div><div align="justify"></div><div align="justify"> </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Ahora digo que, conociéndome, hubiera andado entre protestas cargando pancartas y enormes muñecos quemables de cartón. Lo digo porque no estuve ahí, porque a veces me inunda el coraje por no haber estado. No lo viví, sobre Tlatelolco me tocó escuchar canciones, leer libros, ver videos en YouTube, sentir el resentimiento, me tocó oler los restos de la humadera y la sangre caliente. Me tocó escuchar el testimonio 40 años y medio después, en un jueves de fichas, entre caguamas de Indio, marlboros rojos y el noticiero de fondo hablando sobre 20 muertos y 7 heridos en una cárcel de Juárez. </div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-74131577392744637012009-03-03T10:56:00.001-08:002009-03-03T11:31:59.384-08:00Para no pagarles nada<div align="justify">Ayer me fui a dar de alta en hacienda para poder dar recibos de honorarios y recibir mi primer sueldo como egresado. </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Cada vez me aprienta más la corbata. Me veo al espejo con el uniforme puesto y es patético. Jamás me hubiera imaginado hace seis años, cuando yo iba a esa misma academia como alumno, que ahora iba a vestirme diario y a hacer lo mismo que el pobre tipo que con un ánimo falso me daba clases de inglés. Es provisional; odiaría convertirme en un personaje Benedettiano que hasta que no le cambia un poco la monotonía diaria no le escriben su novela. En este trabajo se va con máscaras, nadie está siendo realmente quien es; lo que me pone a pensar hasta qué punto es realmente sincero un idioma que no es el tuyo; ¿estás fingiendo todo si no hablas tu lengua materna? ¿es una márcara o una herramienta? Yo hago diferentes chistes, soy más sarcástico, menos paciente, menos libre, menos impulsivo; ni siquiera tengo por qué tener un acento, podría hablar como gringo, como inglés o como texano, si ni siquiera en el español respeto mi propio acento. Salgo pensando casi siempre en eso; con asco cuando escucho a las maestras seguir hablando inglés aún estando ya varios pasos fuera de la escuelita con ventanales. Favor de traer su mascada o corbata y sus máscaras todos los días, <em>it's mandatory. </em>Luego casi me revienta el hígado cuando de vez en cuando no alcanzo la flecha verde del semáforo y le escupo un <em>fuck!</em> al volante; dan ganas de seguir manejando por horas después de quemar la corbata y tirarla por la ventana al puro estilo gringo de la señora rebelde que por fin decide darse la libertad y escapa con sus lentes oscuros y en su enorme convertible rosa por una carretera desolada de Arizona, cantando <em>Born to be wild</em> o algo por el estilo, sólo que yo pondría <em>Just like starting over</em> de Lennon y tendría menos viento en el pelo porque la ventana del conductor de mi carro no baja (lo que me ha quitado la maña de fumar en el carro por no tener que ir haciéndola de hombre estirable para tirar la ceniza por la ventana del copiloto). </div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Total, eso no podré hacerlo hasta dentro de un rato, primero por que resultó que ya estaba dado de alta en hacienda desde que tenía 6 años, algo con respecto a los negocios familiares, e inactivo desde que tenía unos 8. Tuve qué hacer más de un trámite inecesario por no saber eso y el problema a fin de cuentas (para mí) es que como ya no vivo donde vivía los 6 años tengo que cambiar mi dirección y para eso hay que pedir una cita y hay que esperar a ver qué día te la dan, y hay que esperarse a que llegue el día y mientras tanto pues para qué imprimo recibos de honorarios si van a estar con la dirección antigua, pues para no tener que esperar otra infinidad para poder cobrar ese dinerito y echarlo de una buena vez al cochino para el avión a Brasil, o el camión a Chiapas, o ya comprar los boletos del concierto de Bunbury y el de Xariñana, todo antes de que me encarcelen por no hacer bien la papelería de la declaración de impuestos y no pagarles nada de nada.</div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-63992863556185761242009-03-02T21:01:00.000-08:002009-03-02T22:11:40.365-08:00Se mueven los imanes.<div align="justify">Me pasó una de esas cosas por las que a veces uno cree que algo o alguien mueve unos imanes debajo del suelo para controlar los clavos de nuestros zapatos, o que simplemente las coincidencias siempre están a la joda de la coherencia.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Al Carlos en el que se basa el cuento del hormiguero tenía sin verlo unos 8 años, creo. Crecimos juntos escalando árboles, inventando tirafichas, haciendo logias excluyentes y de algún lado habré obtenido la idea de niños que comen hormigas.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Ya tenía varios días con su recuerdo en la cabeza, desde que se me ocurrió el cuento hasta que lo terminé y lo subí al blog, justo antes de irme el viernes a dar mi clase de inglés de la noche. La clase transcurrió normal casi por completo. Los salones de la academia tienen paredes de vidrio o ventanas muy grandes, como quieran verlo. Estaba yo pensando en ya dejar salir a la gente, quitarme la corbata-soga y largarme a tomar varias indio y fumarme varios faros, cuando de la puerta del salón de enfrente sale un Carlos con pantalones guangos y bigote dispuesto a cruzar al recepción y dejar el edificio. Comencé a mover los brazos como niño que nadie lo escoge en unas retas de fut y a Carlos algo le dijo que volteara a ver la hora en el reloj de la pared. Fue a mi salón, hablamos un rato y cambiamos mails y celulares. Que tenía un mes estudiando ahí, que habíamos estado saliendo a la misma hora de la misma escuelita de ocho salones y que jamás nos habíamos topado hasta que me puse a escribirle un cuento, que él iba en nivel uno y yo enseñaba el catorce, que el tomaba varios camiones y yo traía en la bolsa de mis malditos pantalones de vestir las llaves del carro, que yo medía como cuarenta centímetros más que él pero aún no me sale barba con una mínima decencia. Que qué cagado es todo esto de las consecuencias, nos encontramos después de bastante tiempo justo cuando yo comenzé a pensarlo, después de que por casi un mes jamás coincidimos, de seguro por diferencia de segundos; ¿cuántas veces habremos caminado dándonos la espalda, o viendo uno hacia arriba y el otro hacia abajo, en esa escuelita que no mide más que la casa vieja de su abuela donde a pedradas le tumbábamos los estropajos a un árbol medio seco.</div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify"></div><div align="justify">Para hacer más de emoción el asunto, durante dos o tres días el disfraz de la gramática de esas lecciones de inglés habían sido los sucesos raros: las coincidencias, los encuentros de la nada, las supersticiones, el que pienses en alguien que tienes añales de no ver y que en cosa de segundos lo veas cruzar la calle y casi lo atropellas. Aún no me puedo creer que Carlitos se cruzara por mis coordenadas así de huevos justo cuando lo estaba invocando. Tal vez sí pasa que se mueven los imanes. </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-9014717944373717428.post-83864265845869248422009-02-23T22:05:00.000-08:002009-02-23T22:24:25.696-08:00Este lugar donde estuviste...<span style="font-size:130%;"><span style="font-family:times new roman;">Para inaugurar esto (es un blog creo, pero no tengo ni la más mínima idea de en qué se vaya a transformar) tengo que hacerlo con el poema de Jaime Sabines que le da nombre a esta ventanilla de atención al elementista aferrado y austero (sí, eso va a ser por ahora, no pregunten qué significa porque ya lo iré descubriendo.) Vamos a ver qué resulta...<br /></span><br /><strong></strong><br /><strong>No es nada de tu cuerpo</strong><br /></span><br />No es nada de tu cuerpo,<br />ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,<br />ni ese lugar secreto que los dos conocemos,<br />fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.<br />No es tu boca —tu boca<br />que es igual que tu sexo—,<br />ni la reunión exacta de tus pechos,<br />ni tu espalda dulcísima y suave,<br />ni tu ombligo, en que bebo.<br />Ni son tus muslos duros como el día,<br />ni tus rodillas de marfil al fuego,<br />ni tus pies diminutos y sangrantes,<br />ni tu olor, ni tu pelo.<br />No es tu mirada —¿qué es una mirada?—<br />triste luz descarriada, paz sin dueño,<br />ni el álbum de tu oído, ni tus voces,<br />ni las ojeras que te deja el sueño.<br />Ni es tu lengua de víbora tampoco,<br />flecha de avispas en el aire ciego,<br />ni la humedad caliente de tu asfixia<br />que sostiene tu beso.<br />No es nada de tu cuerpo,<br />ni una brizna, ni un pétalo,<br />ni una gota, ni un gramo, ni un momento:<br /><br />Es sólo este lugar donde estuviste,<br />estos mis brazos tercos.<br /><br /><div align="right">J. Sabines</div>Unknownnoreply@blogger.com5